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«Nuestra revolución no se ha caído ni se va a caer», aseguró Maduro en una reunión con las comunidades del Bronx que tuvo lugar en el Hostos Community College.
El presidente del país sudamericano aseguró que, aunque dudó sobre su participación en la Asamblea General, se decidió a hacerlo tras leer el domingo dos editoriales críticos con su política en dos de los periódicos más importantes de Estados Unidos, el Washington Post y el New York Times.
«¡Qué casualidad!», exclamó, y argumentó: «Ellos querían impedir mi viaje a la Organización de las Naciones Unidas. En ese momento, el domingo, todavía estaba pensando si venía o no venía. En el momento en el que leí los dos editoriales, gracias al Washington Post y al New York Times, decidí: ahora sí voy. Porque hay que llevar la verdad total de nuestra patria», exclamó.
Maduro aseguró que en estos textos se demostraba cómo desde las elites de Estados Unidos los ven «por encima del hombro», y añadió: «nosotros no somos mejores ni pretendemos serlo, pero tampoco podemos aceptar que se nos desprecie», reprodujo la agencia EFE.
«Sabemos que todo el ataque contra Venezuela es para tratar de impedir que el ejemplo de una revolución democrática, profundamente popular, con una profunda identidad latinoamericana con la bandera de Bolívar y el espíritu de este gigante Hugo Chávez, siga cabalgando en el siglo XXI y siga consolidándose», observó.
Maduro respondió a las acusaciones de tener presos políticos subrayando que «donde hay bastantes presos políticos es en Estados Unidos, empezando por el nacionalista puertorriqueño Oscar López Rivera, el preso político más antiguo que hay en la humanidad, el Mandela de América Latina y el Caribe».
«Presidente Barack Obama, le quedan dos años como presidente. En estos dos años lance mensajes que queden para el tiempo y que lo hagan trascender con algún recuerdo positivo por parte de los pueblos. Dele la libertad a Oscar y a los tres cubanos que están luchando contra el terrorismo», recomendó.