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Fuentes judiciales informaron que José Luis Luna, considerado el «captador» de la víctima de 21 años, fue condenado a 5 años de prisión, mientras que el propietario del burdel, Carlos Horacio Cancino Franco, y el encargado, Samuel Calderón, fueron sentenciados a 3 años. La joven, cuya identidad se mantiene en reserva, fue rescatada en marzo de 2012, durante un allanamiento realizado en el boliche «Negro el 20», a cargo de una patrulla de Gendarmería Nacional y ordenado por la Justicia Federal de Misiones.
Durante el proceso judicial, se pudo determinar que un grupo de mujeres, entre ellas la joven misionera, eran explotadas sexualmente en distintas wisquerías en las que rotaban entre 25 y 30 días.
Los acusados llegaron a juicio oral procesados por los delitos de “abuso de situaciones de vulnerabilidad, engaño, violencia y amenazas con el fin de explotación sexual, agravado por haber sido cometido en forma organizada”.
El fallo judicial, primero por delitos de «trata de personas» en Santiago del Estero, fue dictado por los jueces Alicia Noli, Gabriel Casas y Carlos Jiménez Montilla.