Con la historia pasada y reciente y los mártires como testigos, los cubanos conmemoraron hoy el Día de la Rebeldía Nacional.
En voz de los niños llegó el agradecimiento por los años de lucha y las vidas entregadas por la soberanía de la patria, la justicia social y los logros alcanzados por la Revolución.
La música y la décima campesina, muestras de las más profundas raíces del pueblo cubano, dejaron en claro el amor a la patria y a una nación que transforma su economía por un socialismo más próspero y sostenible.
Las más jóvenes generaciones hicieron gala de una educación para las artes que no falta en cada rincón de la isla y no podía ser menos en tierras artemiseñas.
Artemisa, provincia de reciente estreno, con solo 42 meses como tal, fue escogida para el acto conmemorativo por su desempeño como parte de un experimento que se adelanta aquí relacionado con nuevos métodos de dirección política y administrativa, resultados que luego se aplicarán en todo el país.
Además, esta tierra vió a nacer a revolucionarios de alta talla; fue escenario de gestas heroicas durante la independencia como las protagonizadas por el Lugarteniente General Antonio Maceo y de allí son oriundos 28 de los combatientes que participaron en la acción militar del 26 de julio de 1953.
El presidente cubano, Raúl Castro presidió el acto y lo acompañaron el primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel y varios de los asaltantes al cuartel Moncada.
El vicepresidente cubano, Ramiro Valdés rememoró el hecho que marcó un antes y un después en la última etapa de las luchas por la libertad de Cuba, señaló que el suceso no fue una victoria de las armas, pero resultó el motor impulsor para el triunfo de la Revolución en 1959.
Destacó el alegato de defensa de Fidel Castro, conocido como La historia me absolverá, donde el líder representó un cuadro de todos los males de aquella sociedad, los cuales los cubanos de hoy solo conocen por datos históricos, precisó.
En las palabras de Ramiro Valdés quedó el reconocimiento a la solidaridad de los cubanos que han llevado salud desde el Himalaya hasta la Amazonía, al espíritu de lucha de todo el pueblo que ha permitido la perdurabilidad de la Revolución y a los jóvenes, quienes demuestran su compromiso con ella.