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El economista Ernesto Mattos, docente de la Escuela de Formación Política Rodolfo Walsh, conversó con esta agencia tras la decisión del juez neoyorquino Thomas Griesa de negar el pedido formulado por el gobierno argentino de reponer la medida cautelar -stay- para poder concretar el pago a los bonistas que reestructuraron la deuda.
“Todo lleva a confirmar lo que ya se había indicado en la página del Grupo de Tareas contra Argentina, que era la necesidad de llevar al país a un default principalmente para condicionar el desarrollo de Vaca Muerta y generar espacios para que Chevron pueda negociar otras condiciones”, analizó.
“Con esta negativa del juez Griesa de restaurar el stay, Argentina sigue dialogando con una arma en la cabeza”, agregó al considerar que la nación “no puede pagar” lo que pide el magistrado.
En este sentido, señaló que Griesa “insiste en que puede haber un acuerdo, y parece no contemplar la serie de demandas que se activarían en este contexto y llevarían a un riesgo de crisis”, al contemplar que pagarle hoy al 7 por ciento que no entró a la reestructuración de los bonos, significarían más de 15 mil millones de dólares. Después vendría el otro 92 por ciento que pediría un trato igualitario, por lo que la magnitud de la deuda podría irse a más de 100 mil millones de dólares.
“Argentina no cuenta con ese recurso –expuso–, se vería obligada a endeudarse en organismos internacionales, vender activos del Estado y privatizar por un fallo que solamente contempla al 1 por ciento del total de estos fondos de inversión”.
En la misma línea, manifestó que lo ideal hubiera sido restaurar el stay, pagarle al 92 por ciento de los bonistas y seguir viendo la negociación luego del vencimiento de la cláusula Rufo en diciembre. “Es muy extraño que el juez siga sosteniendo ese fallo porque no falta mucho tiempo para eso, si hay tanto apresuramiento para que Argentina pague es porque se la quiere llevar al default”, continuó.
“Argentina está pagando el precio de recuperar su política autónoma nacional a partir del 2005, cuando Néstor Kirchner realizó la reestructuración de la deuda y la quita del más del 60 por ciento de la misma. Eso significó un ajuste no al pueblo argentino, como venían haciendo todos los gobiernos cada vez que negociaban una deuda particular, sino al mercado financiero. Estos sectores esperaban que se ajustara el gasto público, que se bajaran salarios y se echara gente, y por eso estamos viviendo esta situación”, reflexionó.
“Están condicionando que lleguen inversiones, buscando que haya descontento social –concluyó–. La llegada de China y Rusia va a contrabalancear nuestra situación financiera. Hay que ver cómo nos paramos en este juego geopolítico de estrategia que nos plantean”.