Víctor Hugo Morales, en su columna en El Gráfico, reflexionó sobre la sanción que la FIFA decidió correcta para Luis Suárez. Si bien destacó que resulta difícil entender el comportamiento del delantero, cuestionó la medida tomada: “Un hombre que le dio tanta felicidad al Uruguay, que recuperó el orgullo y la alegría de tres millones y ahora se vuelve en el viaje más triste de su vida deportiva, expulsado como un indeseable por los verdaderos indeseables del fútbol que son los integrantes de la FIFA. La sanción parecía inevitable, pero la dureza del castigo es intolerable”.
Además, planteó algunos interrogantes sobre la institución: “¿De dónde toma autoridad para una sanción de semejante crueldad que convierte a un futbolista en un delincuente al que le tiran con todos los códigos? ¿Será peor el mordiscón de Suárez o la mordida de los que toman los derechos de televisión de un escritorio de la FIFA y los hacen correr por algunos países generando negocios multimillonarios, sino para sí mismos, para los que les interese a ellos?”.
Con un repaso sobre la trayectoria del futbolista uruguayo, planteó si la decisión de dejar de suspenderlo por nueve partidos y cuatro meses de cualquier actividad deportiva, más el pago de una multa de 100 mil francos suizos. “Si a Suárez lo convierten en un leproso que no puede juntarse con el mundo que mejor conoce que es el del fútbol en el que está metido desde que era un niño crecido en múltiples desventajas sociales, que llegó a Nacional de Montevideo con sólo 12 años a ese mundo de pensiones y soledades tan difíciles de sobrellevar, ¿cuál sería el castigo, sino Siberia, para más de uno de los que lo ha juzgado con la dureza de inquisidores inesperados?”.
“Un hombre que le dio tanta felicidad al Uruguay, que recuperó el orgullo y la alegría de tres millones y ahora se vuelve en el viaje más triste de su vida deportiva, expulsado como un indeseable por los verdaderos indeseables del fútbol que son los integrantes de la FIFA».
El interrogante que abrió el periodista es si la medida de la FIFA “lleva en el vientre una reconvención, una advertencia y un castigo también para ese fútbol uruguayo que hace punta en la discusión con la Sudamericana para que los dineros sean más justamente repartidos, y la recaudación sea mucho mayor que ahora si se aceptan, o se licitan, ofertas mucho más significativas que las actuales que paga una invencible asociación de Traffic de Brasil y Torneos de la Argentina”.
En cuanto al futuro desempeño de la selección uruguaya en el Mundial de Brasil, Victor Hugo planteó una mirada esperanzadora y aseguró que el equipo no está vecido de antemano: “Uruguay no ganó sólo por Suárez estos partidos cruciales que disputó la última semana gloriosa para el fútbol charrúa. Uruguay mejoró sensiblemente como equipo, en su mentalidad, en su táctica, adelantándose en pos de lo que por dos veces era la última ilusión”.
También escribió sobre la cobertura que hicieron los medios sobre esta disposición: “El opositor diario O Globo, un Clarín cotidiano contra el gobierno progresista de Dilma, este jueves titula uno de sus suplementos con el elogio más amplio a la fiesta del Mundial. ¡Cómo son! ¡Qué fieros! Cuánto de implacables, como dice Lula. Impiadosos con su gobierno y un malestar profundo con la verdad, dieron al mundo las pérfidas imágenes de los días previos al Campeonato del Mundo, en las cuales hicieron foco sobre los enfrentamientos con sectores antimundial que no tenían peso numérico para arruinar la fiesta en ciernes”.
“En la Argentina, hicieron globos de ensayo en los templos de la malignidad informativa que asola los medios dominantes, así en este país, como en el resto de la América inclusive. Ahora simplemente se callan y venden fiesta. Hace unos meses en el programa Bajada de Línea, este cronista presentó a O’Globo, a través del mismo comentarista, uno de los que venden su alma al diablo y hacen del cinismo y el caradurismo su forma de comunicación en dos versiones del mismo tema de las protestas. Un día fueron críticos de los manifestantes porque vieron pueblo y eso apesta para ellos. Pero al día siguiente al ver que el asunto esmerilaba a Dilma, jugaron a favor de la gente, dándole ínfulas y argumentos a los mismos que 24 horas antes habían denostado. En fin, un Mundial que quedará en la historia por lo bueno. Y no por los malos. Los de O’Globo y los que en el mundo son iguales”, finalizó el periodista su cobertura desde Río de Janeiro.