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El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, comunicó ayer en su habitual conferencia de prensa que, independientemente del resultado del litigio con los fondos buitre, el país le abonará al Club de París los U$S 650 millones del primer pago de la deuda recientemente negociada, según lo acordado con la entidad que nuclea a diversos países acreedores. Asimismo, el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, dijo al periódico Tiempo Argentino que dicho pago se realizará utilizando reservas del Banco Central y no a través de un crédito del Banco de Francia.
Capitanich enfatizó que «el conflicto con los fondos buitres no afecta las negociaciones con el Club de París», por lo que «en julio» el gobierno pagará la primera cuota, de U$S 650 millones. Como contrapartida, Capitanich recordó que «los acuerdos desde el punto de vista de las inversiones extranjeras directas se respetan claramente en virtud de los compromisos preexistentes.» El jefe de Gabinete explicó que las inversiones extranjeras llegarán de los países que conforman el Club: «El cronograma de los acuerdos son 64 contratos que se van a suscribir conforme al acuerdo global.»
Mientras tanto, en el seminario del décimo encuentro sobre prevención del lavado, Fábrega fue consultado sobre si el pago de U$S 650 millones se haría con reservas del Banco Central o si se utilizaría una financiación externa. El presidente del Central aclaró: «No se preocupen, el día en que se pague, las reservas van a caer.» Además cuando se le preguntó si estaba previsto en la negociación con los fondos buitre algún pago con reservas, respondió que la estrategia del Ministerio de Economía «es un mecanismo de relojería» complejo, pero que si en algún momento necesita las divisas para realizar algún pago, «el Central va a estar.»
Sobre el litigio con los «buitres», el jefe de Gabinete aseguró que el fallo de Griesa «tiene consecuencias sistémicas», por lo que «ningún país del mundo puede autoexcluirse del debate. Ese tema requiere de una posición muy sólida de los países.»
También opinó que la Argentina tiene voluntad de negociación, mientras que los buitres buscan cobrar el total sin ningún tipo de negociación. «La verdad es que estos fondos buitre jamás mostraron voluntad de diálogo y a su vez permanentemente hostigaron a la Argentina.» Esta clase de acciones «no es casualidad», según Capitanich: apunta a «la depreciación de activos reales y financieros, a generar crisis de deuda y a apropiarse de recursos indebidos.»