“La última palabra no la tiene el juez Griesa, como quiere el campo neoliberal, que dice que si cumplimos con lo que él dice se viene le fin del mundo; lo que hay que hacer es pagar en Buenos Aires o en alguna otra plaza o jurisdicción en la que no operen los embargos que podría trabar los tribunales de Estados Unidos”, dijo Aldo Ferrer en diálogo con el vicegobernador Gabriel Mariotto, en el programa que éste conduce cada lunes de 9.00 a 10.00, por la AM de Radio Provincia.
“No hay que levantar la voz, hablar lo menos posible porque no tenemos nada que temer. Nunca hay que negociar como miedo ni tener miedo a negociar; no es una cuestión de vida o muerte; algunos de esos problemas ya se resolvieron como con el Club de París, con Repsol. Si se llega un acuerdo mejor y si no seguiremos con un problema que es viejo, y seguir conversando”, dijo el destacado economista del UBA, docente, ex ministro de Economía y ex embajador en Francia, entre las múltiples funciones académicas y políticas que desarrolló en su dilatada carrera.
“Se trata de una historia vieja, un viejo problema; los buitres aparecieron cuando Argentina reestructuró su deuda; pero los problemas reales no son los fondos buitres ni el juez Griesa, sino los deberes que tenemos fronteras adentro, como resolver la inflación, la productividad, seguir con la inclusión social. La catástrofe seria pagar como pretende Griesa”, destacó Ferrer.
“Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común. Se instaura una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que impone, de forma unilateral e implacable, sus leyes y sus reglas. Además, la deuda y sus intereses alejan a los países de las posibilidades viables de su economía y a los ciudadanos de su poder adquisitivo real. A todo ello se añade una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han asumido dimensiones mundiales. El afán de poder y de tener no conoce límites”, dijo el Papa Francisco en Gaudium, tal cual Mariotto recordó la semana pasada en una columna de opinión titulada “Buitres o Argentina: otro 16 de junio”.
“En este marco es necesario, ante todo, reconocer, valorar y apoyar la decisión y convicción de la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, quien asume la responsabilidad de propiciar la estabilidad macroeconómica y financiera frente a la deuda contraída que el neoliberalismo legó a un pueblo que pelea por afianzar su soberanía política, económica y fiscal. Dando continuidad histórica a la tarea de reconstrucción nacional iniciada en el 2003 con Néstor Kirchner, en una muestra más de la previsibilidad en torno de esta problemática y su incorporación desde un primer momento como política de estado de este proyecto nacional. El fallo de la Corte del 16 de junio, -casualidad del destino que insiste en dejar esta fecha clavada en la efemérides de la lucha y la resistencia de nuestro país ante los intentos de opresión y desestabilización foráneos-, no es otra cosa que la confirmación de los verdaderos intereses del primer mundo que busca imponer, atado de pies y manos a una economía que por 11 años consecutivos no ha dejado de crecer. Para quienes no somos expertos en la materia, es necesario saber que un fondo buitre es un fondo de capital de riesgo que invierte en una deuda pública de un país cercano a la quiebra. Los fondos buitre compran deuda de Estados al borde la quiebra a una parte de su valor nominal, y luego aprietan judicialmente por el pago del 100% del valor del activo. La especulación financiera sobre los países en desarrollo ha atravesado la historia de sus soberanías de la manera más cruenta y espuria de la que se tenga memoria”, destacaba en ese artículo el Vicegobernador y decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.