Por José Luis Ponsico / Francia hoy aparece como una de las mejores selecciones del Mundial de Brasil. Un equipo bien parado y con juego rápido. Desmarque y nada de posiciones fijas. Los africanos invadieron el fútbol de Europa, en homenaje a Eusebio, de Mozambique, un adelantado en el ´59 en Benfica, fútbol portugués.
Hoy, Karim Benzemá, estrella del Real Madrid, goleador de raza se destaca en la selección de Didier Deschamps con dos extraordinarios acompañantes del medio para arriba; hacen el juego “los afros” Paul Pogbá, Juventus, Italia, y Moussa Sissoko, Newcastle, liga inglesa
Entre 1958 y el Mundial de Argentina ´78, Francia vivió una caída tras el suceso que produjo en Suecia con Raymond Kopa, Jules Fontaine, trece goles en seis partidos, Roger Piantoní y el cerebral Jean Vincent, al que toda Francia lloró hace un año cuando falleció a los 82 años.
La generación de Michel Platini, Rocheteau, Battiston, Marius Tresor, Janvion y Jean Tiganá, de colonias francesas Guadalupe, Antillas, el primero; Malí, Africa, el notable 8 del Mundial´82, exquisito, los que levantaron el fútbol galo. La afición deportiva estaba volcada al ciclismo y al rugby.
El recuerdo de Samuel Etó, quien en su llegada al Barcelona hace diez años dijo «corro como un negro para ganar como un blanco», en una Europa donde las cuestiones raciales separan siempre.
Francia no es la única beneficiada con la llegada del fútbol “afro”. Quedaron lejos los recuerdos de las selecciones de Alemania, Holanda, Bélgica, Dinamarca, donde todos sus jugadores aparecían graduados de una misma escuela futbolera: rubios, altos y ojos claros. Otros tiempos.