Según Nicolas Louis, director de la organización encargada de la ayuda y la protección civil de la Comisión Europea, esos fondos deben aportar una contribución significativa al apoyo a las personas vulnerables en los campamentos para refugiados.
Unas 137 mil personas afectadas por el terremoto del 12 de enero de 2010 siguen viviendo todavía en 243 de esos sitios, de acuerdo con fuentes oficiales.
Debido a ese movimiento telúrico, de 7,3 grados en la escala abierta de Richter, murieron 300 mil personas, casi dos millones quedaron sin viviendas y la capital perdió gran parte de su infraestructura.
La UE continúa vigilante sobre la temporada de lluvias, propicia para el resurgimiento del cólera, apuntó Louis, quien también manifestó que espera la desaparición de esa epidemia.
Desde su reaparición en Haití en octubre de 2010, el mal causó la muerte de más de ocho mil 500 personas y casi 703 mil casos sospechosos.
Según investigaciones científicas, la fuente del brote del padecimiento estuvo en un campamento de soldados de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití, provenientes de Nepal.
La presencia de ese contingente militar, responsable de diferentes abusos contra la población, es fuertemente rechazada por varios sectores de la sociedad.
Otros estudios sugirieron también que la epidemia es causada por dos cepas distintas de la bacteria del cólera y no solo por una de origen oriental como se creía.
De los 10 millones de habitantes de Haití, la mayor parte realiza las necesidades fisiológicas en lugares al descubierto, como los ríos o las cercanías de las viviendas.