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«Hemos dejado Krasni Limán y el hospital de esa localidad, en el que se encontraban los heridos. La Guardia Nacional fusiló a todos los heridos sin dejar a uno solo con vida», denunció Alexander Borodai, primer ministro de la república popular de Donetsk, proclamada independiente de Ucrania. Borodai, citado por medios ucranianos, no precisó el número de heridos.
Las fuerzas gubernamentales se quedaron con el control total de Krasni Limán, de 23.000 habitantes, y estrecharon el cerco sobre Slaviansk, bastión de la rebelión pro-rusa donde los combates no cesan desde hace varios días.
El ejercito ucraniano, que empezó ayer una gran ofensiva contra Slaviank con apoyo de aviones, helicópteros y carros blindados, continúa hoy el hostigamiento a los rebeldes atrincherados en esa ciudad con fuego de artillería. Los milicianos denunciaron hoy nuevos ataques aéreos de la aviación ucraniana sobre la localidad de Semionovka, anexa a Slaviansk.
Los combates de ayer en los alrededores del bastión pro-ruso, rodeado por las fuerzas de Kiev, dejaron al menos dos soldados ucranianos muertos y otros 40 heridos, reconoció el portavoz de la operación, Vladislav Selezniov, citado por EFE. Por su parte, los rebeldes reconocieron haber sufrido siete muertes y diez heridos y lamentaron «una situación muy difícil» para seguir resistiendo.
El presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, encargó al Consejo de Seguridad y Defensa, estudiar la declaración inmediata de la ley marcial en las regiones de Donetsk y Lugansk, escenario de una cruenta operación contra los insurgentes prorrusos. Tras casi dos meses desde el comienzo de las operaciones militares, las fuerzas gubernamentales no lograron vencer la resistencia de los rebeldes y los muertos ascienden ya a 181, sin contar las bajas de las últimas dos jornadas.