Jefes comunales de los municipios que están atravesados por el ferrocarril Sarmiento cuestionaron hoy la protesta gremial que llevan adelante desde ayer los empleados de esa línea ferroviaria.
Tras fracasar las negociaciones con el Gobierno nacional, el sindicalista Rubén “Pollo” Sobrero dijo que “la lucha no se terminará ni en uno, ni en dos ni en tres días” y agregó: «Vamos a golpear y golpear hasta que los pongamos de rodillas”.
Las complicaciones en el Sarmiento se extenderán por una semana más. El próximo martes los trabajadores marcharán a la estación de Once donde anunciarán un paro por 24 horas, en reclamo de un 40 por ciento de incremento salarial, un reajuste del 7% en vales de comiday el pago de una gratificación.
El intendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo, rechazó la medida de fuerza y advirtió que los trabajadores “son los que deberían, más que ninguno, cuidar” los puestos de trabajo y las mejoras implementadas por el gobierno.
Además, apuntó directamente contra Sobrero, a quien acusó de no ser un “buen dirigente gremial”, ya que «está siempre en contra del trabajo» y agregó que «ojalá yo pudiera darle esos salarios a mis empleados municipales».
En tanto, Lucas Ghi, de Morón, advirtió que este tipo de medidas «no hacen más que generar problemas a los miles de usuarios que toman el tren para ir a sus trabajos».
«Hay canales de diálogo y herramientas de negociación que deben ser agotadas antes de tomar medidas como estas, que no hacen más que generar problemas a los miles de usuarios que toman el tren para ir a sus trabajos», dijo y explicó que «el paro no se condice con el proceso de inversión y recuperación de los ferrocarriles».
A su vez, el intendente de Tres de Febrero Hugo Curto consideró «incomprensible» la medida de fuerza y sostuvo que el reclamo por el pago de indemnizaciones «no corresponde», ya que «mantienen la relación de dependencia y no les cortan la antigüedad».
Por su parte, el jefe de gabinete de la provincia de Buenos Aires, Alberto Pérez, llamó a los delegados gremiales a «agudizar el ingenio para discutir y debatir sus ideas sin perjudicar al conjunto de la sociedad».
«Dejar sin trenes a los miles de vecinos de la Zona Oeste perjudica el presentismo de los trabajadores, la asistencia a clases y genera un rechazo hacia los propios trabajadores ferroviarios», señaló el funcionario.