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Luego de encabezar el acto en la Biblioteca Nacional, que inició la serie de homenajes al cura villero, el vicegobernador Gabriel Mariotto se hizo presente hoy en el homenaje que la avenida 9 de Julio para acompañar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Gabriel Mariotto, quien dirigió un reconocido documental sobre el legado del Padre Mugica, participó junto a militantes de Proyecto Nacional, que se movilizaron hasta la Avenida 9 de Julio entre las calles Juncal, Arroyo y el empalme de Cerrito y la Autopista “Arturo H. Ilia”.
«El amor vence al odio. Esa es la esencia de Jesucristo, de su piedad de su pasión. El amor que venció a los fariseos que lo echaron del templo, el amor que venció a los sacerdotes que lo entregaron para que lo crucificaran, que venció la traición de Poncio Pilatos quien se lavó las manos, como muchos de los que hoy no se interesan frente a los problemas de los que menos tienen y se regocijan de estar junto a los que más tienen. Ese es el mensaje del Evangelio, ese es en el que yo creo», señaló la Mandataria a tiempo que valoró el legado de Mugica.
Tras el documento que emitió ayer la Iglesia Católica Frente en el que se manifiesta preocupación frente a «una sociedad enfrentada en forma violenta», señaló: «a mí me tocó ser joven en una Argentina violenta, tener miedo y terror en esa Argentina violenta. Violenta en serio, por eso es bueno ver y releer la palabra», aseguró esta tarde la presidenta. En este sentido, Cristina aseguró además que «la inequidad genera tarde o temprano, violencia. Las carreras armamentistas no resuelven ni resolverán nada, sólo sirven para los que reclaman más seguridad. Las armas más que soluciones crean nuevos y perores conflictos. Algunos simplemente se regodean culpando a los pobres y a los países pobres» de la violencia.
En el acto se descubrió una escultura, realizada por el artista Alejandro Marmo, realizada en hierro sobre un fondo blanco. Marmo, es el mismo autor de las figuras de Eva Perón que fueron ubicadas en el ministerio de Desarrollo Social.
El padre Mugica, proveniente de una familia tradicional y conservadora, fue un cura vinculado al Movimiento de Sacedortes para el Tercer Mundo, que trabajó activamente en la Villa 31 de Retiro y fue asesinado en 1974.