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La filial Mar del Plata de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo repudió el fallo absolutorio que recibió el juez federal marplatense Pedro Hooft y advirtió que «una parte importante del aparato judicial es el cómplice heredado de la dictadura». «Hijo de la doctrina judicial de la dictadura genocida, Hooft fue un hábil instrumento para legitimizar las prácticas de eliminación y desaparición sistemática de personas `peligrosas` para el régimen militar», dijeron las Abuelas en un comunicado.
En ese sentido, recordaron que las denuncias en contra del magistrado «no se tratan de uno o dos casos aislados, sino de una metodología fría y eficiente que logró sobrevivir».
La filial Mar del Plata de Abuelas de Plaza de Mayo difundió el comunicado a una semana de que el Tribunal de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios de la provincia de Buenos Aires absolviera por mayoría a Hooft en el juicio que se le siguió por no haber investigado las desapariciones de abogados marplatenses en la conocida «Noche de las corbatas» en julio de 1977.
En ese marco, repudiaron que «el amparo propio del sistema lo apañó tanto como un plan calculado para reciclar su imagen» y advirtieron que «con el fallo del Jury de Hooft, la alianza político-judicial de extrema derecha golpea el valor del testimonio, como la herramienta más importante para la reconstrucción de la verdad histórica».
«Los mismos sectores reaccionarios que instrumentaron las leyes de la impunidad recobran protagonismo político e instalan la discusión lejos del eje central de la temática, que no es otro que la reforma profunda de la justicia», agregaron.
Resaltaron que Hooft «es el paradigma del modelo retrógrado del andamiaje judicial asociado a los intereses políticos y económicos de ayer y de hoy que disputan el poder».
El Jury absolvió al magistrado por 8 votos contra 2, y le comunicó su decisión al máximo tribunal de justicia para que lo reponga en el cargo y le levante el embargo que había trabado el jurado.
En la denominada «Noche de las corbatas» fueron secuestrados los abogados Tomás Fresneda, Norberto Centeno, Salvador Manuel Arestín, Raúl Hugo Alais, Camilo Ricci y Carlos Bozzi, y sólo los últimos dos lograron sobrevivir a los tormentos de la dictadura.