En declaraciones a la prensa en la sede de la ONU en Ginebra, Suiza, el portavoz de la Oficina, Rupert Colville, se refirió con preocupación a la escalada de los enfrentamientos en el sureste del país, donde sectores populares, sobre todo rusohablantes, reclaman la federalización y rechazan a las nuevas autoridades en Kiev.
Milicias resisten en varias ciudades una ofensiva ordenada por el autodesignado presidente interino Alexander Turchinov, acción bélica acompañada por grupos neonazis, los mismos que en febrero pasado propiciaron mediante revueltas el derrocamiento del mandatario electo Víktor Yanukóvich.
«El gobierno debe asegurarse de que sus operaciones militares y policiales se realicen bajo estándares internacionales. Es en extremo importante que demuestre total respeto por los Derechos Humanos y proteja escrupulosamente los derechos humanos de todos, incluyendo la población rusohablante», advirtió.
Colville solicitó prontas y transparentes pesquisas sobre los actos de violencia en las regiones de Odessa y Donetsk, que llevaron a la muerte de decenas de personas.
En particular, el vocero se refirió al asesinato de más de 40 seres humanos en el incendio provocado por neonazis en la Casa de Sindicatos de Odessa, donde el viernes último se refugiaron federalistas.
El portavoz de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos también pidió a los rebeldes en el sureste ucraniano deponer las armas y dejar de ocupar edificios públicos.
Llamamos a todas las partes a hacer su mayor esfuerzo para encontrar una salida pacífica a la actual crisis, fundamentalmente en ciudades del sureste, dijo.
Para Colville, solo un diálogo incluyente puede bajar las tensiones.
Es urgente que ocurra ese proceso, para lo cual deben darse serios pasos destinados a abandonar la retórica y los discursos de odio y confrontación, antes de que la situación escale y se salga definitivamente de control, subrayó.
El portavoz instó a las autoridades a que permitan las demostraciones pacíficas, «para que la población liberes sus temores y frustraciones legítimas».
Respecto a las elecciones del 25 de mayo, convocadas por los golpistas, Colville las consideró una oportunidad de comenzar la reconciliación y la estabilización de Ucrania.
Sin embargo, sectores que rechazan a las nuevas autoridades en Kiev califican esos comicios de una farsa para legitimar el derrocamiento de un presidente constitucional.