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El 16 de marzo de 1977, fuerzas de seguridad irrumpieron en la casa de Susana Falabella y su esposo José Abdala, en La Plata, y los secuestraron junto a su hijo Sabino, de 3 años, y a María Eugenia Gatica Caracoche, hija de Ana María Caracoche. María Eugenia había quedado ese día al cuidado de los Abdala mientras su madre viajaba a Buenos Aires con su otro hijo, Felipe, de 3 meses.
Al regresar de su viaje, Ana María se enteró del secuestro de su hija, junto a los Abdala, y se desesperó. Luego supo a través de un conocido con amigos militares que tanto Sabino como María Eugenia se encontraban con Susana y estaban bien.
Caracoche y su esposo decidieron refugiarse en casa de un amigo, Roberto Amerise, en la ciudad de Berisso, donde el 19 de abril de 1977 irrumpieron fuerzas armadas y se llevaron a Amerise y a Ana María, quien intentó impedir que la separen de su hijo Felipe.
Ana María Caracoche fue alojada en el centro clandestino de La Cacha, donde fue torturada. Su hija María Eugenia quedó en poder del policía Rodolfo Silva, quien la inscribió como hija propia, y recién en 1985 recuperó su verdadera identidad. Su hermano Felipe había quedado al cuidado de una vecina, quien poco después buscó una familia para que lo críe, la cual, si bien lo inscribió como hijo propio, no tuvo inconvenientes en restituirlo a su madre en 1984.
El centro clandestino de detención La Cacha estaba ubicado entre las calles 191, 196, 47 y 52 de la ciudad de La Plata, contiguo al penal de Olmos y en las antiguas instalaciones de Radio Provincia. La Cacha funcionó como centro clandestino desde 1976 a 1978 y además operó como una maternidad clandestina para las detenidas desaparecidas que se encontraban embarazadas.