Después de una marcha, en la que más de 2.000 personas recordaron a las víctimas que fallecieron en un incendio de la Casa de los Sindicatos, la mayoría de ellos pro rusos, un nutrido grupo se dirigió a la sede la Policía para evitar que sus compañeros detenidos sean trasladados a los tribunales.
Lanzaron piedras contras las ventanas y con palos y cadenas lograron romper una puerta, pero decenas de policías antidisturbios no permitieron que entraran al edificio y lo tomaran, como sucedió con otras sedes gubernamentales de Odessa, la principal ciudad portuaria del sur ucraniano sobre las costas del Mar Negro.
En la calle adyacente, colgaban carteles que rezaban: «Libertad para los héroes de Odessa» y «Ni olvidamos, ni perdonamos el sangriento 2 de mayo».
Tras varias horas de forcejeos y tensión, medios locales informaron que decenas de detenidos fueron liberados y recibidos como héroes y al grito de «Odessa, ciudad rusa» por sus familiares y amigos y por una multitud de manifestantes que se negaban a despejar el patio interior del edificio, según la agencia de noticias EFE.
En total 127 manifestantes pro rusos habían sido detenidos después del incendio del viernes. No está claro si los liberados serán procesados ya que, según denunciaron sus familiares, no les devolvieron los documentos.
El gobierno ucraniano había acusado a Rusia y a los manifestantes pro rusos de incitar la violencia en Odessa, que el viernes dejó el peor saldo de muertos desde que empezó el conflicto separatista en el este y sur de la ex república soviética.
El primer ministro de Ucrania, Arseni Yatseniuk, llegó hoy a Odessa para participar junto a decenas de miles de personas en los homenajes a las víctimas y ceremonias realizadas esta mañana en las iglesias de la ciudad.
Durante una reunión que mantuvo con un grupo de activistas que apoya la unidad territorial ucraniana, el premier también responsalizó a la policía.
«Si los órganos de seguridad funcionaran, entonces esos terroristas deberían haber sido neutralizados», sentenció el premier, que prometió «encontrar a todos los cabecillas y organizadores» y al «rastro ruso» detrás del movimiento separatista.
Pese a que el país entero cumplía el segundo y último día de luto nacional, la tensión creció en los epicentros del levantamiento pro ruso en el este de Ucrania.
Según la cadena de noticias británica BBC, manifestantes pro rusos atacaron edificios públicos en las ciudades de Lugansk, Donestk y Kramatorsk, en repudio por las muertes de los separatistas en Odessa.
Mientras el gobierno ucraniano acusa a los sectores pro rusos de haber provocado el fuego, los separatistas sostienen que fue un crimen instigado y permitido por la polícia y las nuevas autoridades nacionales, que asumieron el poder en febrero pasado, tras derrocar al presidente pro ruso Viktor Yanukovich.
En el ya convulsionado y violento este y sur de Ucrania, al constante temor de una nueva ofensiva militar de las fuerzas ucranianas se sumó ahora el miedo a posibles represalias de los grupos pro rusos.