En ese sentido, el congresista republicano estadounidense John Kline pidió al presidente Barack Obama que mantenga en el país asiático las fuerzas suficientes tras la retirada del grueso de las tropas en diciembre próximo.
Kline, una de los principales figuras del partido rojo en el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, dijo que a partir de esa fecha los combates diarios contra los talibanes lo harán las unidades afganas, pero estas requerirán todavía el apoyo de los soldados norteamericanos.
El legislador se unió a otras figuras políticas que advierten a Obama sobre el peligro de dejar una agrupación bélica de apoyo inferior a la que supuestamente necesita el gobierno de Kabul para combatir la insurgencia.
En una declaración conjunta publicada esta semana, los senadores republicanos Lindsey Graham, Kelly Ayotte y John McCain estimaron que sería un «error fatal» reducir el número de tropas norteamericanas a un nivel por debajo de los 10 mil efectivos, cifra considerada mínima por los expertos en el tema.
No obstante, según el diario digital Huffington Post, los congresistas demócratas Jim McGovern, Barbara Lee, y Walter Jones desarrollan desde finales de 2013 una campaña para lograr que este asunto se discuta abiertamente en el Capitolio y no se deje a la voluntad de Obama y sus asesores.
Medios de prensa estadounidense reportaron en los últimos días que en la Casa Blanca se reactivó el debate sobre la posibilidad de dejar menos de esa cantidad, lo que provocó reacciones encontradas tanto en el Congreso como en la opinión pública.
El jefe de las unidades norteamericanas en Afganistán, general Joseph Dunford, considera que Estados Unidos debe mantener en la nación asiática de ocho mil a 12 mil soldados, pero es posible que esa fuerza apenas llegue a cinco mil militares.
Estados Unidos tiene en suelo afgano alrededor de 33 mil efectivos, de un total de 100 mil que mantuvo allí en 2011.
Unos dos mil 320 militares norteamericanos murieron y otros 19 mil 600 resultaron heridos desde que Washington inició la guerra contra Afganistán en octubre de 2001, mientras el costo total de las operaciones rebasa el billón de dólares, según datos oficiales.