Por José Luís Ponsico / Entre los antecedentes y las curiosidades, cuando Riquelme mantenía diferencias con Julio Falcioni -julio 2012- y anunció «su retiro» en vísperas de la revancha Corinthians-Boca, en San Pablo, el intendente de Tigre lo quiso para el club de Victoria.
Riquelme que el 25 de junio cumplirá 36 años, nacido en Don Torcuato, nunca ocultó que «de niño» era hincha de Tigre. Como ocurriera, entre otros, con Néstor Gorosito y Leonardo Astrada, que triunfaron en River.
En Boca, no están convencidos de la renovación -Riquelme firmó por 4 millones y medio de dólares hace cuatro años- aunque sabe la dirigencia que a un año y medio de elecciones el pueblo boquense quiere al «10».
Algunos dirigentes, en privado, piensan que el ciclo de Carlos Bianchi con Juan Román Riquelme, desde los resultados en un año y medio «está cumplido». Nadie se anima a hacerlo público.
Como tantas otras veces, el final tiene un condimento político y está abierto como en el ajedrez. El Boca del Virrey en los ciclos anteriores, mantuvo un rendimiento que no bajó del 65% de los puntos.
Hoy, está en el 39% desde enero 2013. Un ciclo caracterizado por la cantidad de lesionados, jugadores que llegaron y «no anduvieron» y por derrotas, algunas de ellas «inexplicables».
Desde el costado político el llamado «massismo» espera que Riquelme no firme otra vez con Boca y sea virtualmente una figura emblemática de la campaña. Por el lado del club de la Ribera, no quieren pagar costos.
Con el «10» a Tigre llegarían el cordobés Pablo Ledesma y Clemente Rodríguez. Javier García está desde julio 2012 en el arco del Matador. Es una de las figuras. Se fue de Boca enfrentado a Falcioni y por amistad con el último ídolo xeneize.