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“Siempre me gustó estar en la trinchera». Así, con simpleza, Stella Calloni regala un autoretrato exprés. Quizá la mejor explicación de una forma de hacer periodismo, de casi toda una vida dedicada a recorrer América Latina y el mundo, contar «la verdad» de las dictaduras que marcaron a fuego la región en el último tramo del siglo XX y denunciar las violaciones a los Derechos Humanos que hoy, asegura, adoptan otras formas siniestras de expresión. Calloni agradece los tiempos de reconocimiento –ayer fue distinguida por la Legislatura porteña como personalidad destacada de la Ciudad de Buenos Aires– y sorprende con la idea de que todo homenaje, todo premio, es, en verdad, una «oportunidad».
«Es momento de hablar de los Derechos Humanos en su globalidad. Todavía hay mucho que los pueblos deben recuperar», advierte. La periodista que acumula fotos y diálogos con líderes políticos emblemáticos, que fue testigo directa de guerras y conflictos y autora de innumerables obras e investigaciones todavía conserva intacta la inquietud, la capacidad de sorpresa.
Y se anima a un balance sobre los desafíos y espacio de las mujeres en los medios. «El machismo intelectual del país todavía complica a las mujeres. Tal vez, en etapas de guerra, en lugares de conflicto, no hay tantas diferencias, pero a mí me costó muchísimo sufrimiento, en especial cuando me separaba de mis hijas», reconstruye.
La escritora sostuvo que hoy “vivimos en un lenguaje de persecución, racismo y discriminación. Es el lenguaje del odio”. En ese sentido subrayó que “tenemos que recuperar el lenguaje de la paz y de la vida”. Apuntó contra los medios concentrados y resaltó que “el lenguaje contrainsurgente incita a la ilegalidad, a la justicia por mano propia, que es brutalmente violadora de los Derechos Humanos”.
En la misma línea se refirió a los linchamientos que impulsan ciertos sectores de la prensa: “Lo grave es que se toma un tema preocupante, pero se lo utiliza políticamente. Eso siempre termina en tragedia para los pueblos”.
“Hay un periodismo que juega una partida por interés político, golpea para la desestabilización, sin pensar en los daños. No tiene nada que ver con la información” aseguró en dialogo con Tiempo Argentino.