La defensora pública de Lomas de Zamora, María Fernanda Mestrín, citó al poeta Alfredo Carlino, integrante del colectivo “Rodolfo”, quien pidió el último sábado en el programa de esa agrupación en Radio Madre “más fábricas, más militancia y menos consumo de drogas y más hacer el amor”, y consideró: “en realidad lo que expresa Carlino es más trabajo, más inclusión y más políticas de gestión relacionadas con la contención de los pibes pobres, frente a un importante consumo de estupefacientes relacionados con algunos pactos policiales con los grandes constructores de cocinas de paco”.
Además, y en diálogo con esta agencia, reflexionó en torno a la ola de linchamientos que se produjo en el país y cuestionó: “¿por qué razón nos parece terrible como sociedad el delito del arrebato, en el que perdemos mucho menos que con los delitos relacionados con la economía, que nos dejan sin trabajo a cientos o miles de argentinos?”.
Al respecto, apuntó contra los medios hegemónicos, que “no siempre construyen opinión de forma voluntaria, sino que muchas veces lo hacen desde la ignorancia”. En este sentido, profundizó: “No se puede decir que la prensa construya por sí sola conciencia; sin embargo, contribuye a la construcción de la subjetividad colectiva. Si le decimos delincuente a un arrebatador, ¿cómo debemos llamar a la persona que vacía un banco o una fábrica?”.
Por otro lado, la defensora pública celebró la gestión de Gabriel Mariotto como presidente del Senado bonaerense. “Hay un dato puntual de su trabajo en la Cámara Alta que tiene que ver con la impronta de una generación que cree en la política en términos grandes. Construir leyes como se ha hecho en esta Provincia en los últimos dos años, sostenidas por audiencias públicas, es un modo de concebir la Legislatura propio de una camada dispuesta a anteponer la política con mayúscula a la rosca y el pasillo”, analizó.
En la misma línea, finalizó: “Mariotto no es un tipo de los pasillos, es un tipo de las asambleas. Ganando, perdiendo, discutiendo y llevándose un montón de amarguras, es un vínculo con la palabra y con la capacidad de escuchar. Este es también un modo de caracterizar la gestión desde la política pública, reflexionando si esta es una aspirina o un largo proceso que trata situaciones globales y multicausales”.