La hermana del actual embajador argentino en España, Carlos Bettini, relató hoy los secuestros y asesinatos que sufrieron cuatro integrantes de su familia durante la última dictadura cívico-militar y expresó su orgullo por pertenecer a «una familia de alma inconquistable».
Marta Bettini relató ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de La Cacha, el secuestro y asesinato de su hermano Marcelo, de 21 años; su padre, Antonio, de 60; su abuela, María Mercedes Hourquebie de Francese, de 77 y su esposo Jorge Devoto.
«Quiero decir dos cosas. La primera, que espero justicia; y la segunda, que me sientio orgullosa de pertenecer a una familia que demostró un alma inconquistable», expresó Bettini tras relatar cómo fue diezmada su familia por las fuerzas represivas.
En ese marco, el fiscal del juicio Hernán Schapiro expresó que lo ocurrido a la familia Bettini «fue un caso muy impresionante» y remarcó que el testimonio de Marta Bettini «fue excelente, sólido, muy claro, e incluso aportó el dato de las gestiones realizadas ante la Iglesia y otros funcionarios».
«Se sabe que el padre y su abuela estuvieron detenidos en La Cacha, el cuerpo de su abuela fue recuperado, el de su padre no», detalló y agregó que el cuerpo de Marcelo Bettini se encontró en una fosa en común poco después de ser secuestrado; en tanto se presume que Jorge Devoto, tal como declaró Adolfo Scilingo en España, fue víctima de un «vuelo de la muerte».
El 8 de noviembre de 1976 un grupo de tareas secuestró a su hermano Marcelo, quien militaba en la Juventud Universitaria Peronista.
El padre y el cuñado del actual embajador, Antonio Bettini y Jorge Devoto, respectivamente, salieron a buscar a Marcelo y pudieron dar con su cadáver, enterrado ilegalmente en una fosa común, en el cementerio de La Plata.
Luego, el chofer de la familia, de apellido Temperoni, fue secuestrado en La Plata el 17 de marzo de 1977 y cuando Bettini padre y Devoto lo buscaban ambos fueron secuestrados; el primero en La Plata, el 18 de ese mes y el segundo el 21 de marzo de 1977, cuando se presentó en el Edificio Libertador para obtener información sobre el paradero de su suegro.
En tanto, el 3 de noviembre de 1977, secuestraron a su abuela, «Memé» Hourquebie de Francese, de 77 años, y días después los sobrevivientes de la familia Bettini-Francese se exiliaron en España.
Recordó que en una oportunidad, un cirujano de La Plata, Mainetti y el párroco de la Iglesia San Ponciano, Pedro García Alonso, se entrevistaron con Ramón Camps para saber de «Memé» y hacerle llegar medicamentos que necesitaba la mujer.
«En una primera visita, Camps les recibió los medicamentos, les dice que la tienen y que se los hará llegar, pero en una segunda visita Camps les dijo que ya no le den los medicamentos», recordó, en alusión a que la anciana ya estaría muerta.
Reconoció que el secuestro y muerte de su abuela pudo tener una «motivación económica», en tanto el móvil del secuestro de su padre «no sabemos».
«No sabemos el motivo de por qué hace 37 años fuimos perseguidos con tanta saña», remarcó.
Recordó gestiones realizadas ante Monseñor Antonio Plaza, Pio Laghi y el cardenal Raúl Primatesta, «sin éxito».
Durante la audiencia también se oyó el testimonio de Laura Gerenchstein, hermana de Rubén Gerenchstein, secuestrado y asesinado por la dictadura a los 16 años.
En 1977, los alumnos y miembros del Centro de Estudiantes de la Escuela Normal Antonio Mentruyt de Banfield Margarita Ercole, Rubén Gerenschtein, Mónica Tressaco fueron secuestrados cuando cursaban el 5º año del bachillerato y siguen desaparecidos.
La mujer recordó que el 27 de mayo de 1977 «eran las dos de la tarde, yo estaba estudiando en mi casa, mientras mi hermano, de 16 años, jugaba a la pelota en el patio, cuando escuché una violenta frenada en la puerta».
«Vi por la ventana un coche y dos personas que salieron corriendo hacia el patio del costado, que era abierto», afirmó y precisó que «corrí a ver a mi hermano. Lo encontré tirado en el piso y una persona armada apuntándole la cabeza».
Además, recordó que la obligaron a ingresar a la casa y se fueron, llevándose a su hermano.
Gerenschtein explicó que pese a realizar «todas las gestiones posibles» para localizar a su hermano «las puertas estuvieron siempre cerradas» y sostuvo que «una amiga de él, Silvia Buchi, luego me contó que estuvo detenida con mi hermano en La Cacha».