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El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, se sumó hoy al repudio de los dichos del líder de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, quien indicó ayer que el ex presidente Néstor Kirchner «era un avaro que se cagó muriendo a los 60 años» y «se robó cerca de 6 ó 7 mil millones de dólares», además de decir que los gobiernos de Jorge Rafael Videla y Carlos Menem fueron mejores. Al ser consultado por el origen de las cifras que había mencionado, Barrionuevo no dio precisiones y metió en su diatriba a otro ex presidente de la región que falleció, Hugo Chávez. «Son las cifras de las obras públicas, del fuel oil, de lo que pasó con Chávez en Venezuela, de la triangulación que hacían con los bonos», respondió, en la entrevista que concedió a la radio Rock and Pop. Luego, se le preguntó si creía que el gobierno de Carlos Menem había sido mejor que el de Kirchner. El líder sindical no dudó en recuperar la década que finalizó con un 23% de desempleo y más del 50% de pobreza. «Hubo una estabilidad de diez años. Hoy, en cambio, la inflación te permite delinquir porque no manejás bien los números».
En su habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada, el funcionario manifestó «el repudio más explícito a las declaraciones formuladas por el dirigente gremial Luis Barrionuevo» y agregó: «Me genera un impacto desde el punto de vista personal. Pretende horadar la memoria de quien fue un amigo personal, presidente del Partido y ex presidente de la Nación, Néstor Kirchner. Quería manifestar públicamente ese repudio».
Por su parte, el titular de la CTA opositora, Pablo Micheli, dijo que «es un desastre hacer unas declaraciones así un 24 de marzo» y se despegó del gastronómico: «Cómo voy a compartir semejante barbaridad». En diálogo con radio Nacional Rock, Micheli consideró que «la Justicia argentina debería convocarlo y que aporte las pruebas para ratificar lo que dijo respecto a los 6 o 7 millones de pesos».
El líder del gremio Gastronómico y partidario de la candidatura presidencial de Sergio Massa, Luis Barrionuevo, volvió mostrar su capacidad para ahuyentar cualquier tipo de respaldo político. La verborragia del gremialista no pasó desapercibida ni se la llevó el viento. El espectro político en pleno repudió sus dichos. Ni siquiera el Frente Renovador, bloque del cual forma parte su esposa, la diputada Graciela Camaño, pudo evitar salir a diferenciarse de sus palabras.