Carlos, un niño de 8 años que había perdido su mano, recuperó la extremidad luego de ser operado con éxito en el hospital público materno infantil “Dr. Victorio Tetamanti”, de Mar del Plata.
El jueves 6 de marzo el chico se colgó del último vagón de un tren de carga que pasaba a pocos metros de la cancha de fútbol donde jugaba con sus amigos en Tandil. Tras resbalarse, cayó sobre las vías y la formación le arrolló la mano izquierda y le lastimó una pierna.
Frente a la gravedad de las heridas y ante la posibilidad de reimplante, fue derivado al Tetamanti, donde la herida fue evaluada por un equipo de traumatólogos y cirujanos plásticos y vasculares.
“La operación de reimplante corrió serios riesgos de no poder realizarse”, contaron los médicos, ya que el accidente ocurrió a las 14 y Carlos entró a quirófano a las 20, lapso muy prolongado que casi excede el límite posible de »isquemia» o tiempo en el que la falta de circulación impide que la sangre alcance los órganos y tejidos del miembro.
“Pese al tiempo transcurrido los médicos trabajaron con premura y nunca perdieron las esperanzas de realizar el reimplante. Esa actitud hizo que no tengamos más que palabras de orgullo por los cirujanos que tenemos en los hospitales públicos”, manifestó hoy el ministro de Salud de la Provincia, Alejandro Collia.
La amputación fue a la altura del tercio medio del antebrazo, un poco más arriba de la muñeca, por lo que la cirugía implicó una minuciosa reconstrucción de la estructura ósea, tanto de la extremidad amputada como del hueso que quedó en el cuerpo.
En la operación, que duró alrededor de 5 horas, se removieron los tejidos sin vitalidad y se unieron los tendones, arterias y nervios, precisaron.
“En los próximos días el paciente deberá someterse a otra operación para terminar de definir la vitalidad de los tejidos y reconectar algunos músculos”, afirmaron.
La intervención estuvo a cargo de los cirujanos vasculares pediátricos Carlos José Vásquez y Pablo García Manzano, y de los traumatólogos Martín Faliesen y Juan Aceituno.
“La siguiente cirugía servirá, además, para extraer parte de piel del abdomen y cubrir la herida del brazo”, explicaron.
Para el jefe de Traumatología del Tetamanti, Héctor Gabriel Salord, la evolución del nene es “muy positiva» y «mantiene un buen pronóstico”, aunque “habrá que esperar algunos días más para saber cómo se comporta el miembro reimplantado”.
No obstante, indicó que actualmente la mano tiene buen color, temperatura y pulso, e informó que tras pasar dos días en terapia intensiva el niño se recupera en una sala común acompañado por sus padres y familiares.