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A 40 años de su asesinato a manos de la policía federal, este 29 de marzo le rendirán un homenaje a Alberto Chejolán. El militante del Movimiento Villero Peronista falleció el 25 de marzo de 1974 en las calles Alem y Mitre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires durante una movilización a Casa Rosada. En aquel lugar, colocarán una baldosa para recordarlo.
Patricia Astelarra, militante del barrio y compañera de Chejolán, rememoró en comunicación con esta agencia que, en ese momento, vivían en la Villa 31, a la cual llamaban Zona Eva Perón, y se movilizaban en reclamo al Gobierno de Perón por la puesta en marcha del plan de erradicación que no se había podido concretar durante las dictaduras de Onganía, Levingston y Lanusse y que, producto de la política de López Rega, habían reactivado.
“Las condiciones eran malísimas. Las cuotas eran móviles, no existían los boletos definitivos y quedaba gente afuera que no era incluida por ser extranjera. Organizados entre las juntas vecinales y de delegados que representaban a todos los barrios, nos levantamos para protestar”, relató y especificó que, en lo político, mayoritariamente se encuadraban en el Movimiento Villero Peronista.
El 25 de marzo de 1974 marcharon hacia Plaza de Mayo para reclamarle a Perón que se modificaran las condiciones. Luego de pasar Retiro, el control policial trató de impedir el avance. Eran cerca de 500 personas; mientras que otras 2000 esperaban en la plaza.
“En Mitre nos cortó el paso infantería. Se armó una confusión y se escuchó un tiro: le habían disparado a Alberto con una Ithaca a menos de dos metros de distancia. Murió en el acto. Al día siguiente, la noticia era que un grupo de villeros borrachos habían agredido a la policía, que de pronto un villero había intentado atacarlos, y que por eso lo habían matado, a pesar de que todo estaba registrado fotográficamente”, prosiguió.
Astelarra explicó que la Zona Eva Perón era un paradigma de organización barrial y vecinal, y que ese había sido el motivo por el cual habían avanzado en la desestructuración de los vínculos entre los vecinos a través de la erradicación.
“La idea del homenaje no es solamente recordar a Alberto, sino también visibilizar que hay una historia propia, con sus héroes y mártires. La zona tenía dirigentes con mucha experiencia que venían de la resistencia peronista, que tenían práctica sindical y que organizaron los barrios para luchar por la luz, el agua, la infraestructura y la salud, una lucha enorme que sigue siendo un tema pendiente”, manifestó.
En la misma línea, señaló: “Pretendemos entroncar la historia de la lucha que ya lleva más de 70 años en pos de la tierra y la vivienda. Queremos que la historia no se olvide para no repetirla”.