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Por Germán Celesia / El título principal de Clarín de hoy es una muestra de las especulaciones mediáticas: “El Gobierno le dejó a Scioli la mitad de los gendarmes”, dice. Es decir, se personaliza la cuestión como si la intención de la administración de Cristina Fernández fuera perjudicar a la persona del gobernador. Según el diario, que no presenta evidencia de su estimación inicial, “quedaron 2.500 efectivos en las zonas más sensibles del GBA. Antes de las elecciones de octubre habían enviado 5.000”. De esta manera, el medio insignia del grupo relaciona directamente la coyuntura electoral del año pasado con launa decisión que adoptó el gobierno nacional y que compensó parcialmente a los efectivos bonaerenses que protagonizaron una insurrección contra las autoridades provinciales usando a sus salarios como detonante de esa decisión.
Según el diario, el dato “lo confirmó Capitanich al gobernador en una reunión con Berni y Granados”. No obstante, de las declaraciones de Scioli no se desprende que haya una disminución de la presencia de fuerzas de seguridad, debido al ingreso de nuevos policías bonaerenses y de otras fuerzas policiales. Según la transcripción que realiza el diario Hoy del discurso de Scioli ante la Asamblea Legislativa, no habría motivos para que se vea afectada la seguridad pública. Dijo el gobernador: “Se mantendrán 2.500 gendarmes operativos con la logística respectiva, 1.000 de reserva para eventuales circunstancias operativas, 500 en el área de investigación de delitos federales en la Provincia, completándose con 700 policías federales y 300 de seguridad aeroportuaria”. En total, la misma cifra de la que habla Clarín – 5 mil efectivos – aunque su composición cuantitativa y cualitativa es diferente.
El Día de La Plata habla de otra cifra en el título pero luego coincide con el otro matutino platense en el total: “Se quedan 3.000 gendarmes”, titula. “Anunció que el gobierno nacional mantendrá »2500 gendarmes operativos» en el marco de un total de »cinco mil efectivos» extras en territorio provincial para »garantizar la seguridad» en la Provincia”, aclara. Y luego repite el párrafo transcripto por Hoy, que habla de “inseguridad” como tópico principal tocado por el gobernador ante la Asamblea Legislativa, junto con la cuestión docente.
En el interior de la edición del “gran diario argentino”, Lucía Salinas firma un artículo según el cual “el Gobierno le dejó a Scioli la mitad de los gendarmes”. Según Salinas, existiría una “decisión de no enviar más refuerzos al Gran Buenos Aires más allá de los programas existentes”. Luego se ampara, una vez más, en voceros oficiosos cuya propia existencia no es segura. “Según confirmaron fuentes del ministerio de Seguridad de la Nación, a fines de febrero se retiró del GBA el personal de refuerzo que se incorporó en diciembre pasado en pleno conflicto policial y parte del personal que se envió en agosto, durante la campaña electoral del año pasado”, dice. Y más adelante desmiente la propia estimación inicial respecto del número de efectivos, que sirvió para titular la nota. “Para reforzar la seguridad en el GBA se emplearon unos 5.000 efectivos federales, según sostiene la Casa Rosada. Sin embargo, fuentes bonaerense sostienen que nunca se llegó a ese número de uniformados en la zona”. Si fuera cierto que “nunca” se llegó a 5 mil efectivos, sería mentira que sólo se dejaría la mitad, más aún si se tienen en cuenta las otras fuerzas involucradas, con las cuales se llega también a una cifra similar a la del año pasado.
La falta de precisiones respecto de las cifras reales lleva al diario a mostrar más discrepancias, ya que en otro artículo Rodolfo Lara habla de sólo 3 mil efectivos en lugar de 5 mil. “Al mediodía, Scioli había intentado confrontar la decisión del retiro de los 3.000 gendarmes que había anunciado el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Procuraba un desplazamiento gradual. No funcionó. A la tarde, el Gobernador trató de relativizar el regreso de esos efectivos a sus destinos naturales”, señala el corresponsal en La Plata.
Para evitar un enredo similar con las cifras, La Nación prefiere titular por la positiva un pequeño recuadro de tapa: “Dejan 2.500 gendarmes en el Gran Buenos Aires”. Dentro de la edición, el corresponsal del diario, Pablo Morosi, aclara que se trata de 2.500 gendarmes “operativos” pero, “en total, la Casa Rosada mantendrá en diversas tareas unos 5000 efectivos en territorio bonaerense, reveló el mandatario”.
Además, “Scioli dijo que la provincia sumará este año 10.000 nuevos policías provinciales y 15.000 agentes, que se integrarán a las policías locales que se conformarán luego de que la Legislatura apruebe el nuevo proyecto elaborado por el Poder Ejecutivo”, lo cual desestima el mensaje implícito de Clarín respecto del impacto sobre la seguridad pública que podría tener la redistribución de las fuerzas federales.
«Comprendo y comparto profundamente que la inseguridad sea la principal preocupación de la ciudadanía», dijo Scioli según La Nación. Clarín reproduce la misma frase y agrega en tapa: “La inseguridad sigue al tope de las preocupaciones de la gente”. Implícitamente, se basa en una encuesta propia publicada recientemente y que es utilizada como parte de una campaña del diario en favor de una iniciativa del diputado opositor Sergio Massa.
Según dice Hoy Ignacio Miri, en Clarín, “las leyes, antes de escribirse, traerán consigo largos debates políticos. Esa es una de las novedades que trajo la derrota electoral del Gobierno de 2013”. Y pone a la “propuesta” de Massa como ejemplo. “Esta vez, la primera movida llegó de parte de la Presidenta, cuando el sábado anunció que impulsará modificaciones en el derecho penal. Sergio Massa, sin pergaminos conocidos en el análisis jurídico pero con un olfato político que reconocen hasta sus adversarios, se dio cuenta de que tenía una oportunidad servida y anunció ante cuanto micrófono se le cruzó que se opondría a los cambios”, dice, obviando diferentes inexactitudes y falacias incluidas en el mensaje massista.
La campaña por la “consulta” popular
Lo que sigue es historia reciente: “Matan un hombre en Palermo con el sello de un ataque narco”, es el título central de Clarín del domingo 4 de marzo pasado. El título guarda una relación indirecta con una iniciativa política de Massa, quien propone – a través de la propia prensa – un plebiscito para oponerse a un proyecto que no existe como tal, y que según Clarín “reduce penas”. En realidad, se trata de un borrador de reordenamiento integral del Código Penal que se viene debatiendo en el Congreso con representantes de otros poderes del Estado, y en el cual son más las penas que serían aumentadas – si se presentara
la iniciativa- que las reducidas. “Massa llamó a frenar la reforma y disparó el debate”, lanza Clarín.
Según La Nación, “crece la polémica por la reforma al código penal”. La noticia está ilustrada con un dibujo que lo deja bien parado a Massa, al revés de lo que sucede con las caricaturas de la Presidenta. El diario insiste con esa noticia en polemizar sobre un “proyecto” que no existe como tal.
El lunes 5, insiste Clarín: “El Código Penal suma más rechazos en la oposición”, aunque en las afirmaciones de dirigentes citados no se corrobora ese supuesto “rechazo” generalizado. Según La Nación de ese día, “Massa planea nacionalizar su campaña contra la reforma penal” a través de la recolección de firmas para un supuesto “plebiscito” que en rigor no podría realizarse por estar prohibido por la propia Constitución. Además, algunas de las cuestiones mencionadas por Massa – como las excarcelaciones – no son parte del código sino que están reguladas por legislaciones provinciales.
Al respecto, dice El Día en su edición del lunes 5: “Massa, en el centro del ring ante el debate del Código Penal: Insistirá con la consulta popular en busca de frenar la reforma”. Según el columnista Mariano Spezzapria, “dejó en claro que no llegó al Congreso pasa ser un diputado más y resignar el caudal electoral que lo convirtió en uno de los principales candidatos a la Presidencia. Para ello necesitaba volver al centro del ring”, afirma, y obvia mencionar que sería montándose en estas cuestiones con una aparente falta de conocimiento legal, aunque amparado por las corporaciones de prensa.