Por José Luis Ponsico/ Hasta ahí nada nuevo bajo el sol. Hubo incidentes, alambrado roto, ingreso de simpatizantes de Los Andes e intervención policial. El referí estuvo una hora sin salir del estadio y cuando se animo lo fue escoltado por un patrullero mientras era insultado por una veintena de fanáticos del equipo local.
Primer plano. El auto policial no se percató de un seguimiento cinematográfico a distancia y el juez Feola llegó hasta su vehículo personal creyendo que estaba lejos del tumulto, que hasta ese entonces solamente lo insultaba, pero los hinchas se quedaron a una cuadra de distancia y dejaron que se alejara el patrullero de la Bonaerense. Cuando el árbitro decidió abrir la puerta de su automóvil se encontró en medio de una turba que lo corrió unos 40 metros decididos a darle «caza».
Segundo plano. Una puerta abierta, música adentro y un cumpleaños infantil en una casa de familia como escena principal, en el medio del festejo un desconocido juez de fútbol entra desesperado y sin invitación a la tierna fiesta cumpleañera pide
«asilo». El árbitro se encierra en el baño de la casa.
La «barra» pasa de largo de la fiesta cumpleañera, pero advierte que Feola no pudo llegar a la esquina siguiente y también ingresan al cumpleaños, donde preguntan a los niños -en medio de los globos y las piñatas- sobre el paradero del juez.
Tercer plano. Un baño común y silvestre en un hogar de Lomas de Zamora pasa a ser la escena central donde empieza una brutal paliza a Feola, que según afirman algunos testigos vieron la cabeza del árbitro incrustada en el propio inodoro, mientras las madres de los niños gritaban y los hinchas abandonaban la “fiesta” paulatinamente.
El árbitro internacional que alcanzó fama cuando en 1979 expulsó al capitán de Boca, Rubén Suñé, en el primer tiempo frente a Atlanta, no dirigió más. De puntos «fuertes» y «débiles”, dentro de la cancha gran personalidad. Del lado de afuera con escasa protección policial.
Pasaron treinta años y Los Andes, su «barra», de nuevo es noticia. Ahora, directamente balearon la casa del presidente del club. Otros tiempos. Otra violencia. Otra Pelicula.