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Por Germán Celesia / El diario Perfil, en busca de un golpe de efecto pero sin testimonio alguno como respaldo, abrió su edición del domingo 16 anunciando que el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, había propuesto al “renovador” Sergio Massa impulsar un cambio legislativo para permitirles competir en las primarias de 2015 y luego conformar una fórmula con el orden logrado en esa elección. A la mañana siguiente, el mandatario pidió que “no se desvirtúen las PASO” con una propuesta de esas características, pero parte del sentido de la operación periodística posiblemente ya estuviera logrado: mantenerlos a ambos dirigentes como alternativas casi excluyentes para suceder a Cristina Fernández de Kirchner en la presidencia de La Nación.
“La provincia de Buenos Aires tiene en Scioli y Massa a dos presidenciables al tope de las encuestas. Ambos se reconocen adversarios, pero son peronistas, pelean por la misma clientela electoral y buscan el soporte en los mismos territorios partidarios. No obstante, en 2015 volverán a competir con boletas separadas”, se lamenta hoy Clarín.
El diario habla del “rechazo a competir en el PJ” de Massa debido a que “Scioli es el jefe del kirchnerismo en la Provincia”, con lo cual “somos cosas distintas”. Según María Eugenia Duffard, “Massa envió una señal al peronismo, sin olvidarse de sus aliados” y “apuntó a al sciolismo y a los K”, durante un acto conmemorativo del primer triunfo electoral de Juan Domingo Perón, en 1946.
El diario sugiere que militantes de La Cámpora “escracharían” al dirigente, lo cual parece simplemente insistir en el perfil violento o tumultuoso con que se pretende vestir todo lo que esté relacionado con el kirchnerismo. De hecho, en otro artículo se afirma que “Scioli sumó a otro gobernador para su carrera presidencial” con el mandatario de Chubut, Martín Buzzi, quien “ya no tiene aliados en el kirchnerismo puro”, categoría que parece homologar a los partidarios de la Jefa de Estado con alguna secta religiosa preocupada por preservar la “pureza” de sus integrantes. En otro artículo, el matutino califica a Julián Domínguez, presidente de la “Cámara baja”, como “diputado ultrakirchnerista”, lo cual apunta en el mismo sentido, en cuanto a calificar negativamente a los seguidores de las ideas del ex presidente Néstor Kirchner.
El supuesto “escrache” contra Massa, asimismo, marcha en línea con otros artículos de las corporaciones periodísticas.” La Cámpora le dedicó críticas veladas a Scioli”, decía el fin de semana La Nación, mientras Clarín se refería a “una tensión apenas disimulada con los pibes de La Cámpora”. Allí hablaba de “la tensión latente entre los jóvenes K y los caciques del PJ”.
Otra nota de hoy en Clarín se titula: “Insaurralde se lanza en Provincia con Jesica Cirio y sin respaldo K”, y se refiere al diputado Martín Insaurralde. Según Lucía Salinas, “En la Casa Rosada no le perdonan sus gestos de autonomía”, lo que redunda en la idea de que los “ultrakirchneristas” o “kirchneristas puros” deberían obedecer órdenes en lugar de permitirse un pensamiento propio, según la caracterización de la prensa opositora.
“Como un dato no menor, hay ciertos sector del kirchnerismo más duro que critican el grado de »autonomía» que muestra el ex intendente de Lomas de Zamora y quieren alguien »más del palo» como candidato a gobernador. Insaurralde rompió la línea discursiva K y en plena campaña habló de inflación e inseguridad”, dice el diario lo cual según la interpretación del matutino le habría valido esa supuesta animosidad hacia él.
“Las ambiciones políticas del ex intendente de Lomas, de cara a 2015, reciben fuertes críticas en la Casa Rosada. Sectores más duros del kirchnerismo –diputados ultra K y algunos ministros–, no comparten aquella foto que se sacó con Sergio Massa en un desfile de modas, cuando el oficialismo aún no terminaba de digerir los resultados electorales”, agrega, y dice que “su relación con la modelo Jesica Cirio, que fue causa de críticas incluso dentro de las filas K en plena campaña, se convirtió en su capital político para hacerse más conocido”.
Hoy La Nación, con cierta demora respecto de otros medios opositores, insiste en la idea de que los ganadores de las PASO puedan incorporar a los “perdedores” a la fórmula presidencial, y lo hace pese al rechazo o indiferencia de la mayoría de los sectores políticos. “Con dudas, el debate sobre las PASO crece entre oficialistas y opositores”, titula. “Gana adeptos la posibilidad de abrir las fórmulas presidenciales, para que el ganador pueda elegir a su compañero”, dice la nota firmada por Santiago Dapelo, que incluye una enorme mayoría de negativas. Incuso en otra nota, firmada por Jaime Rosemberg “el líder del Frente Renovador rechazó la posibilidad de ir a internas con Scioli”. Allí afirmó: “Una cosa es el PJ, otra el peronismo».
Según el periodista de La Nación, “tal como lo vienen haciendo desde hace meses, Sergio Massa y Daniel Scioli se enfrascaron en una pelea franca por ser los representantes genuinos del peronismo”. Según Massa, la diferencia sería que Scioli es «el jefe del kirchnerismo en la provincia”. Ninguno de los dos principales diarios opositores menciona el paso de Massa por la UCeDé. El diario habló este fin de semana de “siete nombres para romper el eje Scioli-Massa”, adjudicados al “kirchnerismo”.
En tanto, según El Día, “Scioli reiteró que espera que le den una oportunidad” y “profundiza contactos con los gobernadores K “, mientras el diputado opositor afirmó: “nosotros venimos construyendo el Frente Renovador como una alternativa plural con un anclaje en el peronismo”.
Este lunes, el columnista de Clarín Eduardo Aulicino sostenía hablaba de “la vuelta al pejotismo, otra cara de la necesidad”, en referencia al encuentro partidario de Santa Teresita. Para El Día, “Todos juegan”, sería “el esquema del PJ para frenar las fugas”. Según Clarín, la reunión en ese distrito fue porque “el peronismo ya empezó a hablar sobre la sucesión de Cristina”, incluyendo a Massa dentro de esa denominación. La Nación colocó un título casi idéntico: “El peronismo comenzó a debatir la sucesión presidencial de 2015”, donde se resiste a excluir a Massa.