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Por José Luis Ponsico / La derrota inesperada de River Plate en el Monumental puso en la vidriera grande a Jorge Almirón, director técnico de Godoy Cruz Antonio Tomba de Mendoza. Sin ningún parentesco con aquél zurdo de Ñuls que le pegaba con un «fierro», Sergio Almirón.
El actual técnico del club bodeguero conocido como Viejo Tomba, uno de los más antiguos en Cuyo, jugó como defensor en San Miguel, Primera B hace veinte años. Este Almirón, 42 años, aún hoy debe responder que «no es» el que jugaba en Newell´s en los años ´80, junto a Gerardo Martino, Juan Manuel Llop, Gabriel Batistuta y Abel Balbo cuando fueron campeones.
El primer dato como entrenador inteligente remite a México donde hizo casi toda su campaña como entrenador en jefe dirigiendo a Tijuana, Veracruz, Dorados y Xolos, entre otros clubes. Allá le decían «el estratega».
En la noche del miércoles, River hizo un lindo gol de entrada, combinación entre los colombianos Teófilo Gutiérrez -como si fuera el «10», tirado atrás- y Carlos Carbonero. El gol Fernando Cavenaghi, tras centro corto, al pie. Parecía que era una noche para un partido sencillo. Tal vez no «fácil» aunque enseguida otra buena jugada permitió a Manuel Lanzini disponer de un remate franco. El buen jugador de River la tomó mal.
De pronto, el «chico» se animó y River padeció. De un córner «trabajado», una pelota corta, un jugador de Godoy Cruz sale del tumulto y retrocede, desorientó a los de Ramón Díaz. La maniobra permitió al zurdo José Luis Fernández, ex Racing y Estudiantes de La Plata, mandar zurdazo bajo, muy fuerte. Marcelo Barovero dio rebote y el ex «3» de Huracán, Leandro Grimi estampó empate en uno. Empezó otro partido.
River no pudo imponer el juego de equipo con muchos nombres pero que al cabo no hacían la diferencia en el campo. Godoy Cruz, modesto, mucha inteligencia empezó a devolver «golpe por golpe».
La expulsión del colombiano Eder Alvarez Balanta, proclive a la falta, dejó al «millonario» con diez jugadores promediando el segundo tiempo. El ingreso del rubio delantero Facundo Castillón abrió un surco. River iba pero no volvía. Godoy Cruz en un lapso de 15 minutos tuvo tres claras.
Barovero se transformó en figura y en el último minuto era previsible «pagó» la defensa local y el paraguayo Julio Rodríguez clavó el 2 a 1. Iban 47 minutos del segundo tiempo. Una contra letal. No hace mucho lo había traído el técnico Jorge Almirón de México al goleador Guaraní.
Las recetas son antiguas. Un plantel numeroso, costoso, no siempre arma juego eficaz. Otro, sin «estrellas», bajo presupuesto, suele dar «batacazos». Almirón «el otro» llegó sin gran fama, como técnico inteligente.