Un testigo relató hoy haber visto, en noviembre de 1977, cómo se llevaban detenida en La Plata a María Mercedes Hourquebie de Francese, abuela de Carlos Bettini, actual embajador argentino en España.
Se trata de Mariano Contardi, nieto de Alfredo Temperoni, el chofer del ex juez federal y docente universitario desaparecido Antonio Bautista Bettini, quien declaró ante los jueces del Tribunal Oral Federal 1 durante la sexta audiencia del juicio por los crímenes de lesa humanidad en el centro clandestino de detención «La Cacha», que se realizó en La Plata.
Contardi dijo haber presenciado el momento en que “dos personas se llevaban detenida a la señora”, abuela de Carlos Bettini, «mientras yo volvía del colegio con mi abuelo» y relató que «sólo recuerdo que afuera había un auto esperándolos”.
El testigo además precisó que su abuelo fue secuestrado en marzo de 1977 y estuvo detenido 10 días en La Cacha, junto a su mamá, María Cristina Temperoni, y su tía Inés Ordoqui.
“Primero secuestraron a mi papá, Rubén Contardi, el 16 de marzo. Pocos días después a mi madre y a mi tía, y luego a mi abuelo», manifestó.
El hombre afirmó haber presenciado el secuestro de su madre y de su tía y detalló que «cuando se las llevaron yo estaba durmiendo con mi hermana en nuestra casa de calle 7 entre 57 y 58. Eran las 23”.
Contó que “en ese momento, nos quedamos con una vecina y esa noche mi abuelo nos llevó a la casa de la familia Bettini en 8 entre 51 y 53. Al día siguiente desapareció él” y añadió que “mi mamá, mi tía y mi abuelo fueron liberados a los 10 días”.
El 8 de noviembre de 1976 un grupo de tareas irrumpió en la vivienda de la familia de Carlos Bettini y secuestraron a su hermano Marcelo.
El padre y el cuñado del actual embajador, Antonio Bettini y Jorge Devoto, respectivamente, salieron a buscar a Marcelo y pudieron dar con su cadáver, enterrado ilegalmente en una fosa común, en el cementerio de La Plata.
Luego, el chofer Temperoni fue secuestrado en La Plata y cuando Bettini padre y Devoto lo buscaban ambos fueron «levantados» en la esquina de 1 y 60 y posteriormente asesinados.
En tanto, el 3 de noviembre de 1977, secuestraron a la abuela de Carlos Bettini, Hourquebie de Francese, y días después los sobrevivientes de la familia Bettini-Francese se exiliaron en España.
El Tribunal Oral Federal 1 también escuchó hoy el testimonio de Perla Amelia Diez, una mujer que dio a luz durante su cautiverio, quien contó que su marido Jorge Horacio Moura fue secuestrado el 7 marzo de 1977 mientras estaba en su casa de City Bell.
“A mí me detuvieron el 27 de febrero de 1975 en Mar del Plata, yo militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores”, expresó y manifestó que días después, en otro operativo “se llevaron a los golpes a mi marido”.
Sostuvo que “a los pocos días, a Jorge le permitieron encontrarse en el Parque Pereyra con su mamá y sus dos hijas, acompañado por personas armadas” y agregó que “allí, él le relató a su mamá que lo tenían en un pozo, desmejorado y caído anímicamente”.
«Tiempo después, Horacio Molino me contó que compartió un cubículo con Jorge Moura en La Cacha”, precisó y relató su parto en la maternidad de Olmos, cuando tuvo a su hija Lucía en condiciones muy precarias en la madrugada del 9 de noviembre de 1975.
Diez contó que desde las 11 de la noche del día 8 comenzó a sentir contracciones y que el pedido de ella y del resto de las detenidas era que la llevaran al Policlínico San Martín.
Agregó que en esos momentos no apareció ningún guardia en los pasillos por lo que “las compañeras fueron preparando el parto: hirviendo tijeras y preparando sábanas».
Contó que muchas horas después llegó un médico, Roberto Grignoli, que no era obstetra y estaba «aterrorizado» por la situación, y dijo que seis presas la llevaron hasta Sanidad.
«Allí había restos de obra, bolsas de cal. Y una enfermera, también paralizada. El médico me dijo que cerrara las piernas y respirara hacia arriba para evitar el parto», recordó la testigo.
Con mucho esfuerzo, Perla Diez tuvo a su hija Lucía, quien a los 10 meses fue entregada a su familia.
La ex detenida relató que momentos después del alumbramiento «una patota irrumpe en el lugar, con el jefe de Sanidad, Rodolfo Leone, que dijo: `Este parto estuvo perfecto, todo estuvo en su lugar`. Le dije que no era así y que esto se iba a saber en todos lados».