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Por Germán Celesia / “Incertidumbre en la economía. El Banco Central ahora limitó las divisas en poder de los bancos”, titula Clarín, evitando destacar el bajón del cotización del dólar. La Nación habla de “crisis cambiaria” y sostiene en su titular: “Obligan a los bancos a vender dólares y el oficial cae a $7,91”. El diario Hoy se pregunta, sin evidencia alguna que avale sus temores: “El que depositó dólares, ¿recibirá dólares?”, en una implícita comparación con el gobierno de Eduardo Duhalde.
“Con la remera del Che y las medidas del FMI” se titula en La Nación la columna de Jorge Oviedo, quien pretende mostrar al gobierno siguiendo como en los 90 las recetas del organismo financiero internacional pero con un cambio de vestimenta de sus funcionarios, que a los ojos del FMI “parecen sus mejores alumnos”, según sostiene.
“El organismo multilateral del cual la Argentina se independizó para aplicar sus medidas sin que se las exijan y sin obtener préstamos a cambio habría pedido también un plan antiinflacionario. El Gobierno no lo hará porque ésa es su forma de financiarse, emitiendo. Y porque también esa cortina de humo pretende encubrir el brutal ajuste”, afirma, faltando a la verdad como en otras ocasiones.
Según Oviedo, que se propone a sí mismo como traductor oficial, para el gobierno “los asalariados ganan demasiado”, según “parece ser su visión” y a su vez “les sobran muchos ingresos”. En tanto, “el Gobierno no tiene más remedio que hundir más la actividad para defender las reservas”, afirma, dando por sentado que la actividad económica está “hundida”, aunque Argentina sea uno de los países de América con mayor tasa de crecimiento, y que la supuesta depresión económica se acentuaría, aunque se refiere a ella como “profundización de una revolución”. Reiterando una antigua mentira, dice Oviedo: “Abrir las puertas del infierno al negarle la Gendarmería al cordobés José Manuel de la Sota y quedarse sola sin más remedio que el ajuste brutal, mientras grita a los cuatro vientos que la única víctima es ella”.
Para colmo, según la editorial del diario, “el gobierno tergiversa la realidad”. Sostiene la “tribuna de doctrina” en ese espacio de arenga: “Está el Gobierno enredado en su propia fabulación, en su tono, en su estilo, que ha sido la única constante real de estos años”.
En tanto, “el »ajuste próspero» ha comenzado”, titula Clarín la columna de Ricardo Kirschbaum. “Ya se sabe: lo que el Gobierno dice -o dijo- no tiene necesariamente que ver con el significado de las palabras que utiliza. No sólo de los eufemismos usados para evitar las palabras malditas, como inflación o devaluación. La Presidenta mencionó el martes en su discurso, por primera vez en público, a la inflación. Lo dijo al pasar, como si el alza del costo de vida fuera un sobreentendido”, afirma, dando por sentado que la realidad mediática se corresponde con la realidad cotidiana. Para el columnista, existe una “semántica kirchnerista” cuyo objetivo sería “ocultar” el “significado” de las cosas. “Los combustibles se han incrementado y la suba impacta sobre los precios de toda la cadena”, pronostica luego de que se moderara la suba inicial del 12% a la mitad, lo cual para La Nación fue “un giro del gobierno”.
A su vez, “el ajuste »próspero» de Cristina también deberá tocar subsidios”, afirma el editor de Clarín, tratando de poner en ridículo a la Presidenta, que había puesto el eje en la “prosperidad” de parte de los trabajadores, entre ellos los del gremio de camioneros, con excedentes monetarios que les permiten comprar dólares.
Sobre esta cuestión, según Antonio Rossi “en el Gobierno cuestionan la propuesta de Cristina para quitar subsidios”, ya que “aseguran que la compra de dólares no es un parámetro equitativo”. No obstante el titular, ni existió una propuesta de la Presidenta en ese sentido – apenas un comentario al pasar – ni se menciona en este artículo un funcionario que la cuestiones, con lo cual se trata de una construcción con escaso anclaje en la realidad.Pese a todo, “más allá de los avatares que registra esta idea presidencial, el Gobierno está preparando una serie de incrementos tarifarios para los servicios de luz, gas, agua y trenes que entrarían en vigencia en febrero”, afirma.
En La Nación, Jésica Bossi firma un artículo según el cual “admite el Gobierno que está en estudio un recorte de los subsidios para luz, agua y gas”, no obstante lo cual “no hay una decisión tomada”, según dichos de la única fuente mencionada con nombre y apellido: el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. “Confirman que el Gobierno analiza recorte de subsidios”, titula El Día con los mismos dichos.
En tanto, “la Rosada intenta ganar tiempo y demorar la puja salarial”, dice Lucía Salinas en Clarín, mientras que según Ricardo Cárpena “la estrategia presidencial” consistiría en “golpear para después negociar” y apuesta sólo al acuerdo de precios para bajar la inflación y moderar los reclamos en las paritarias”.