Las esposas de los efectivos policiales que esta mañana protestaban frente del edificio de la Central de Policía, en la ciudad de Córdoba, levantaron la medida luego del envío de fuerzas federales anunciado por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
Unos 1000 gendarmes arribaron a esa provincia, a pedido del gobernador José Manuel de la Sota, para «garantizar el orden constitucional y público”, confirmó hoy el ministro de Gobierno y Seguridad cordobés, Walter Saieg.
“No vamos a permitir que se produzca ningún hecho de alteración de paz social como ocurrió en diciembre”, dijo el funcionario y aseguró que “ahora Córdoba está muy bien, en forma normal”, luego de que “un minúsculo grupo” promoviera “un nuevo acuartelamiento con reclamos similares al conflicto anterior”.
Las mujeres no encontraron adhesión para sostener la protesta, a lo que se sumó la detención hoy de una de las líderes, Adriana Rearte, en el marco de la causa que investiga la instigación y la participación del acuartelamiento de diciembre pasado.
Asimismo, se produjo la detención de 17 efectivos policiales sospechados de estimular y participar en los saqueos durante el acuartelamiento del año pasado. La medida fue dispuesta por el fiscal Raúl Garzón, que investiga los hechos.
Por otro lado, a los efectos de sofocar eventuales instigaciones dentro de la misma fuerza, el Tribunal de Conducta Policial resolvió ayer el pase a disponibilidad de cuatro uniformados cordobeses.