Por segunda vez esta semana, la madre y el padrastro de Priscila Lafuente se negaron a declarar por el asesinato de la niña, cuyo cuerpo apareció con vestigios de golpes, parcialmente quemado y envuelto en una bolsa bajo un puente de la localidad de Berazategui.
Silvia Beatriz Lafuente y Pablo Verón Bisconti habían solicitado declarar ante la Fiscalía luego de que se negaran a hacerlo el último miércoles por la tarde, pero finalmente desistieron por recomendación de sus defensores.
Su situación se comprometió en las últimas horas por el registro de las cámaras de seguridad del municipio. Allí se los ve llevando el cuerpo de Priscila en un cochecito de bebé hacia la zona del arroyo donde fue encontrado el martes.
Familiares de la menor y allegados a la pareja, reconocieron que la pequeña era sometida a golpizas y maltratos de manera reiterada, tanto por su madre como por su padrastro, un efectivo de la Superintendencia de Bomberos de la Policía Federal.
La nena vivía con la pareja desde el pasado mes de octubre, cuando la mujer se hizo de la custodia, que le quitó al padre biológico, quien vive en el partido de Lanús.
Este último afirmó hoy que su hija era maltratada por Silvia Lafuente «porque no le decía mamá».
«La mamá para ella era mi señora, que la crió, le cambió los pañales, le dio de alimentar y se calentó en hacerle toda la vacunación y darle los estudios», agregó Juan, el padre de Priscila.