La impunidad con la que se desenvuelven las bandas narcos en San Martín fue una constante a lo largo de este año, en el que unos 20 jóvenes fueron asesinados en el área Reconquista. El caso más emblemático fue el de Enzo Ledesma, un menor de 13 años ultimado a fines de octubre, por la espalda, en el barrio La Cárcova. Según denuncias, pese a los reclamos de los vecinos y la denuncia de complicidad policial, el intendente Gabriel Katopodis, aliado de Sergio Massa, sigue sin dar respuestas.
“El intendente no dio cita alguna a ningún familiar de las víctimas, se lavó las manos y no quiso dar ayuda”, denunció una persona que trabaja en una cooperativa que participa activamente en los barrios afectados y que dialogó con AgePeBA, reservando su identidad por seguridad.
A fines de octubre, familiares y amigos de Enzo Ledesma, habían llevado adelante una pueblada frente la Comisaría 4ta de José León Suárez, que junto a la Comisaría 5ta son apuntadas por desempeñarse allí efectivos policiales acusados de estar vinculados con el crimen organizado.
Sin embargo, las protestas de los vecinos y los reclamos de diálogo con el intendente nunca fueron escuchados. Esta semana, la situación llegó a un extremo tal que el propio padre de Enzo, Juan Ledesma, decidió mudarse con toda su familia, por haber recibido amenazas de personas enviadas a su domicilio por la misma banda narco que mató a su hijo. Anteriormente, había denunciado que la policía tenía identificado al asesino por el relato de los testigos, pero no que quisieron detenerlo.
“El padre de Enzo se tuvo que mudar porque los mismos transas lo amenazaron con gente que le mandaron para avisarle que si no paraba iban a tomar represalias, y por eso no quiere saber más nada con la causa de su hijo”, confirmó la persona consultada por esta agencia.
Y agregó que “la causa quedo en blanco y el asesino sigue suelto en la calle como si nada”. El propio padre del menor debió abandonar sus esfuerzos por difundir el caso y se detuvo la investigación en la justicia por miedo a volver a sufrir la perdida de otro familiar.
Las movilizaciones de los vecinos exigiendo justicia no fueron suficiente argumento para que Katopodis tome alguna medida de lo que señala en torno a la complicidad entre el delito, policías y representantes del poder político, que afecta principalmente a los barrios más pobres del distrito, La Cárcova e Independencia.
Después de los reclamos, “en la comisaria no hicieron más nada y siguen estando los mismos policías corruptos que había antes de las muertes de este año, y ni siquiera cambiaron al comisario o algún policía; todo sigue como si nada”, detallaron.
Una semana atrás, se comprobó que el secretario de Seguridad de San Martín, José María Fernández, tiene una estrecha relación con Carlos Rolón, apuntado como el líder de una banda narco y quien además porta varias causas por homicidio en su contra. A pesar de esto, la orden del intendente sigue siendo proteger la zona céntrica de San Martín, dejando de lado la gravedad que ha alcanzado esta problemática en los barrios más alejados de la ciudad.
Los propios vecinos aseguran que “en La Cárvoca la gente no sale de sus casas por miedo, porque directamente después de las doce de la noche las bandas que salen tirando tiros, auqnue en el barrio Independencia la situación está un poco mejor”.
Los barrios de San Martín se han convertido en zonas en donde “los mismos que participan en un crimen después aparecen en otro”. Sin ser escuchados, sin respuestas concretas ni presencia de la Justicia para vislumbrar las complicidades policiales con las bandas narcos, los vecinos más excluidos del distrito por el municipio que responde al Frente Renovador, solo recurren al silencio para no sufrir una nueva víctima de la violencia narco.