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En el marco de la jornada «30 años de Democracia y Pensamiento Nacional» que se llevó a cabo en el Salón Eva Perón del Anexo del Senado de la provincia de Buenos Aires se desarrolló el panel “30 Años de Democracia y Derechos Humanos y Civiles» con la exposición de Horacio Ravenna y de Camilo Guerrero.
Camilo Guerrero abrió la mesa afirmando que la relación entre democracia y derechos humanos no puede separarse y que argentina es un ejemplo de cómo se desarrollan las políticas en defensa de estos derechos, que ya «forman parte de la conciencia global del ser humano».
A modo de análisis histórico, desarrolló que los grandes partidos políticos, el peronismo y el radicalismo, fueron fundamentales para la democracia, porque «hicieron de la participación popular la base de sus gobiernos».
Al respecto, subrayó la importancia de los derechos económicos, culturales y sociales conquistados por el peronismo que «con sus banderas históricas convirtió al trabajador en un sujeto social con derechos».
En el mismo sentido, destacó que, entre otras cosas, «América Latina fue la primera que dio derechos económicos, y eso es un orgullo» y agregó que «un pueblo que se cura y que se educa es un pueblo feliz».
Asimismo, se refirió de la importancia de la militancia y el compromiso, y la formación de los jóvenes para entender los procesos políticos que atraviesa el país.
Por su parte, Ravena, vicepresidente de la asamblea permanente por los Derechos Humanos, se refirió al concepto de derechos humanos y expreso que existe «una confusión grande en la sociedad en ese sentido, ya que solemos pensar que todas las violaciones a los derechos son violaciones a los derechos humanos».
Al respecto, desarrollo que el mismo está definido por el rol estatal: “solo su acción o su ausencia en la protección del ciudadano puede constituir una violación al derecho humano”. En este sentido, puntualizó que las fuerzas de seguridad, por contar con el monopolio de la coacción, son las protagonistas más comunes de este tipo de delitos.
Habló el inconveniente que resultaron las leyes de impunidad, e hizo un repaso de las políticas públicas durante los últimos 30 años de democracia.
«En el orden internacional, las políticas internacionales nos llevaron a exportar nuestras políticas sobre derechos humanos, Argentina hoy es visto como generador de políticas que se imitan», sostuvo y destaco los juicios de lesa humanidad, la creación del INADI y los planes nacionales que protegen a los más vulnerables. «Argentina está a la cabeza del mundo en el plano de derechos humanos», dijo y finalizó: «La militancia diaria uno de los caminos para acceder a ellos».