El consagrado entrenador de boxeo, Alberto Zacarías, hijo de esa leyenda que se llamo Santos Zacarías, conversó al a aire con Gabriel Mariotto, sobre las “clínicas de boxeo” que dicta en distintas barriadas populares de la Provincia, junto a la campeona Carolina Duer. “Gracias a convocatorias como las tuyas – le dijo al Vicegobernador- nos dimos cuentas de que vivimos con un gobiernos nacional y popular”, y saludó el impulso que el titular del Senado viene dándole a esa disciplina, que, recordó, “junto al fútbol y el turismo de carretera siempre fueron los deportes nacionales”.
“El gimnasio para enseñar y practicas boxeo es una familia, es una experiencia de inclusión social”, dijo Zacarías.
“Impresionante, impresionante, me emocioné en cada uno de esos lugares”, subrayó Zacarías respecto de las “clínicas de boxeo” que desplegó en distintas cárceles de la Provincia. “En algunas de ellas quedaron abiertos gimnasios, y eso ayuda a recuperar a los ciudadanos que tuvieron problemas de conducta”, añadió.
“Me guardo en un rincón del corazón para toda mi vida, al tipo más fiel que conocí. Se llama Enrique Jana, el primer boxeador de los entre nados por mi papá que, en 1961, peleó por el título mundial, en Sicilia”, recordó Zacarías, cuando Mariotto le preguntó por un recuerdo especial sobre todos los boxeadores que conoció.
Zacarías fue el primer entrevistado esta semana por Mariotto en su programa “Gabriel camina Provincia”, que sale al aire todos los lunes de 9.00 a 10.00 por la AM de la radio pública bonaerense.
Julio Fernández Baraibar, titular del Instituto Nacional de Revisionismo histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, recordó aquella tragedia de la historia argentina que fue el fusilamiento del líder federal por orden de Juan Lavalle, el 13 de diciembre de 1828.
Baraibar y Mariotto reflexionaron sobre la dramática línea histórica, el unitarismo liberal, que une a la ejecución de Dorrego con los fusilamientos contra el pueblo, en siglo XX, después del golpe de Estado de 1955; y recuerdan cómo Simón Bolívar y Dorrego coincidieron en Alto Perú y coincidieron en el concepto de “patria grande”.