Por primera vez en 30 años de democracia, y con la conmemoración de ese aniversario como telón de fondo, la presidenta Cristina Fernández recibirá el martes a las 18 en el Museo del Bicentenario a todos los ex presidentes argentinos que ejercieron la jefatura de Estado luego de la última dictadura, y también a sus familias.
Iniciativa similar había tomado el vicegobernador Gabriel Mariotto, cuando para festejar las tres décadas de democracia invitó a un acto en el Teatro Argentino de La Plata al gobernador Daniel Scioli, a todos los ex gobernadores y ex vicegobernadores que ejercieron sus mandatos durante ese período, legisladores e e intendentes.
La Casa Rosada ya cursó las invitaciones, que alcanzan a representantes de todas las fuerzas políticas del país, tanto nacionales como provinciales.
Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Duhalde y también la familia del fallecido Raúl Ricardo Alfonsín, el mandatario que asumió el 10 de diciembre de 1983 y abrió el período democrático que llega hasta la actualidad, tendrán su lugar en el festejo que precederá al acto popular con el que la mandataria volverá a mostrarse de manera pública tras la licencia médica que debió cumplir a raíz de una intervención quirúrgica en el cráneo.
En el día en que también se cumplen dos años de la asunción de su segundo mandato y después de una serie de shows que animarán el festejo popular, Cristina pronunciará un mensaje en el que celebrará el camino recorrido en democracia y resaltará los logros del kirchnerismo en la última década, pero hará un fuerte llamado a profundizar el modelo económico y social.
Un escenario de dimensiones colosales comenzó a crecer el miércoles a pocos metros de la fachada de la Casa Rosada. La organización del evento –como todos los actos multitudinarios desde aquel 25 de mayo de 2010 que por su enorme convocatoria se inscribió en la historia de los festejos populares– estará a cargo de la Unidad Bicentenario que dirige Javier Grossman y bajo la supervisión del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.
La fecha tiene triple significado. El martes se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos, se cumplen 30 años de aquel día de 1983 en el que Raúl Alfonsín asumió como presidente constitucional tras siete años de dictadura sangrienta y además la presidenta celebrará el segundo aniversario de su último mandato e iniciará la segunda mitad de su período final en la presidencia.
Los organizadores estiman que el festejo empezará alrededor de las 15 horas, con la intención de convocar a todos aquellos que terminen la jornada laboral. Esta vez la fiesta no será hasta la medianoche porque al otro día la jornada es día laborable. Se espera que pasadas las 19 –cuando el sol y el calor hayan menguado y el acto en el Museo haya concluido-– la presidenta llegue a la Casa Rosada y, tras un fugaz paso por su despacho, suba al escenario para dar su mensaje. Se mostrará, por primera vez, acompañada por el nuevo Gabinete de ministros y será la primera vez que el gobierno convoca a la Plaza de Mayo después de los resultados electorales en las elecciones legislativas de octubre.
El formato reproducirá en gran parte a las últimas festividades patrias: varios shows cortos de artistas populares como León Gieco, el Chaqueño Palavecino, Adriana Varela, Susana Rinaldi, la Selección Nacional de Tango junto a Cacho Castaña, Víctor Heredia y Teresa Parodi, Kapanga y los Súper Ratones. Para evitar las críticas que suelen surgir por los cachets que la organización les paga a los artistas, la grilla en esta oportunidad será convocante pero austera y no habrá artistas extranjeros. A la música se sumará el espectáculo de Choque Urbano, un mapping sobre alguno de los edificios públicos que circunda la plaza y fuegos artificiales. Bajo la consigna «Democracia para siempre. Venite con la familia a Plaza de Mayo», el gobierno y las distintas agrupaciones que integran el kirchnerismo comenzaron el viernes una amplia convocatoria destinada «a todos los argentinos».