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«La situación en La Rioja está en proceso de resolución inmediata», dijo Capitanich en su contacto matinal con la prensa en el que también señaló que el gobierno nacional está en comunicación con el gobernador de la provincia, Luis Beder Herrera.
La policía de La Rioja se reunió ayer en asamblea para decidir qué medidas tomar en reclamo de mejoras salariales. Esta situación se dio dos días después del acuartelamiento de la fuerza policial en Córdoba, que derivó en una ola de saqueos y violencia.
En cuanto a la situación en Córdoba, Capitanich confirmó el envío de 2.000 gendarmes a la provincia, tras el pedido formal realizado por el gobernador José Manuel De la Sota.
«Ningún cordobés puede sentirse indefenso», afirmó Capitanich, y ratificó que ya se estableció con la provincia «un canal formal de comunicación», y que «el Estado está colaborando».
«Luego de un proceso de monitoreo con las jurisdicciones provinciales, hemos decidido trasladar miembros de Gendarmería, en un esquema progresivo para llegar a un número cercano a los 2 mil agentes», dijo Capitanich.
Esta mañana, el gobierno de Córdoba había dado a conocer en un comunicado la decisión del Ejecutivo Nacional de enviar gendarmes a la provincia tras los saqueos producidos hace dos días mientras se desarrollaba un acuartelamiento policial.
Por otra parte, el jefe de ministros advirtió que si bien «se pueden establecer mecanismos de cooperación transitoria» de las fuerzas nacionales en las provincias, el Estado Nacional «no puede sustituir el uso de un poder no delegado».
«Tenemos que ser muy respetuosos de la Constitución y las leyes», aseveró el jefe de ministros.