El encuentro de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, más Alemania, con la delegación iraní, comenzó tras una serie de reuniones bilaterales, entre ellas la del canciller iraní, Javad Zarif, y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton.
Dos intentos anteriores de llegar a un entendimiento fracasaron por la actitud de algunas potencias, entre ellas Francia, que insisten en acusar a la nación persa de tener objetivos militares en el plan de enriquecimiento de uranio.
Con ese pretexto aplican duras sanciones económicas y comerciales contra Irán e intentan presionarlo para que detenga sus investigaciones en materia atómica.
Este miércoles el presidente Hasan Rohani expresó durante una reunión de su gabinete la voluntad de que «en estas negociaciones nuestro equipo se acerque al menos un paso a un acuerdo, y sobre todo, que las sanciones puedan ser revocadas paso a paso».
Irán desea lograr una situación en la cual ganen todas las partes, dijo Rohani, y advirtió a la comunidad internacional sobre intentar imponer nuevas exigencias.
Teherán siempre insistió en el carácter exclusivamente civil de su proyecto de desarrollo nuclear y acusa a occidente de querer frenar su derecho legítimo de poseer estas tecnologías.
Hoy el máximo líder iraní, Ali Jamenei, expresó su apoyo al equipo negociador de su país y pidió, poco antes del inicio de la nueva ronda de negociaciones, que prime una «flexibilidad racional».
La víspera, sin embargo, el ministerio francés de Asuntos Exteriores reiteró las exigencias de poner fin al enriquecimiento de uranio al 20 por ciento y detener la construcción del reactor de agua pesada de Arak.
El llamado Grupo 5+1 está formado por Francia, Reino Unido, Rusia, China, Estados Unidos y Alemania.