A menos de un mes de haber anunciado una de las medidas más esperadas pero más complejas en el proceso de transformaciones económicas como la unificación monetaria, el gobierno cubano, a través de la gacetilla oficial, comunicó el decreto ley 318, que establece un reglamento detallado que libera la comercialización de los productos agrícolas después de que los productores cumplan sus compromisos con el Estado, vinculando a las unidades productivas con el abastecimiento de los mercados.
Las nuevas modalidades se centran en cuatro denominaciones: mercados minoristas; puntos de venta; trabajadores por cuenta propia, carretilleros o vendedores de productos agrícolas ambulantes. Todos ellos podrán vender sus productos según la oferta y la demanda.
Con los pequeños emprendimientos comerciables, ahora se permite adquirir los productos agrícolas de todos los productores y comercializadores, teniendo como límite el presupuesto aprobado para estos fines, aunque seguirán recibiendo la asignación del Ministerio de Agricultura.
Con el reordenamiento comercial de la red se crearán los mercados de abasto para la venta mayorista de productos agropecuarios, los cuales serán administrados por empresas estatales que arrendarán la instalación a una cooperativa de servicios.
Los mercados minoristas de La Habana –de los que hay más de un millón y medio– no se diferenciarán por el tamaño, sino por las formas de administración, aunque todos deben tener la autorización que exige el gobierno para realizar ese tipo de actividad económica.
También se mantendrá la comercialización en los puntos de venta empleando su propia fuerza de trabajo, aunque también podrán pertenecer a campesinos dentro de su área de producción agrícola o ganadera.
Por su parte, los vendedores ambulantes de productos agrícolas se mantendrán trabajando, pero tendrán que vender, como mínimo, a 300 metros de los mercados de donde adquirieron las frutas o verduras, situación que los gobiernos locales deberán hacer cumplir en todo el país.
Aumentar la diversidad de productos del agro que se venden en los mercados estatales, liberados ahora de trabas y colocados en igualdad de condiciones con otros mercados, es una de las principales metas de esta nueva medida.