De acuerdo con los datos aportados el miércoles por la Oficina del Censo de Estados Unidos, el 16 por ciento de los estadounidenses, 49,7 millones de personas, clasifican como pobres, índice prácticamente similar al reportado el año pasado.
Tal cantidad de personas desfavorecidas socialmente dependen en gran medida de programas como el de Asistencia Nutricional Suplementaria para sobrevivir.
Observan analistas que de efectuarse podas en estos programas y otros relacionados con beneficios tributarios y pagos de seguridad social, se asestaría un golpe demoledor a los más pobres, entre ellos niños y ancianos, cuyo número crecería exponencialmente.
Según los datos, en Estados Unidos unos 6,4 millones de personas de 65 años o más son pobres.
Sin la Seguridad Social, casi 24 millones de ancianos entrarían en dicha clasificación.
Recientemente, el diario The New York Times señaló en un editorial que la decisión de cortar los bonos de alimentos en Estados Unidos es un insulto a los pobres y un acto de suprema indiferencia contra ese sector.
Informes de organizaciones independientes y del Gobierno indican que en el país se mantendrán elevados los niveles de pobreza y los ingresos estancados, más cuando en 11 de los últimos 12 años la tasa de pobreza se incrementó.
Tales cifras resultan aún más abrumadoras en el caso de las denominadas minorías donde se constata con mayor claridad la magnitud y alcance de la depresión económica en el país norteño y la brecha entre ricos y pobres.
Los cálculos del censo de 2009 mostraron que el 27,6 por ciento de los hispanos y el 23,4 por ciento de la población negra en Estados Unidos viven en la pobreza.