A un año de los comicios y sin todavía entrar de lleno en la campaña, el mandatario gana puntos en las encuestas incluso en bastiones tradiciones de la oposición, como la oriental ciudad de Santa Cruz de la Sierra, donde según una realizada por la empresa Ipsos y publicados por la televisora ATB obtuvo 44 por ciento de aceptación.
El Alto, una ciudad de inmigrantes en la periferia de La Paz, es la zona del país donde se registra mayor apoyo al mandatario, con 76 por ciento de votos favorables.
En tanto en la ciudad de Trinidad, en la región amazónica de Beni obtuvo la menor cantidad, solo 20 por ciento.
Por su parte, el vicepresidente Álvaro García Linera obtuvo el visto bueno del 53 por ciento de los encuestados.
En agosto pasado, otra pesquisa realizada por la revista Poder y Placer registró un 55,4 por ciento de aceptación a la gestión del gobernante.
El Congreso de Bolivia sancionó en mayo pasado un proyecto de ley para habilitar al presidente y a García Linera, para presentarse por tercera vez a los comicios.
Anteriormente, el 29 de abril, el Tribunal Constitucional de Bolivia falló también a favor de esa propuesta, llamada Ley de Aplicación Normativa, por considerar que la nueva reelección de esos funcionarios se encontraba dentro de lo establecido en la Carta Magna.
Morales llegó a la Presidencia en 2006 y acortó su mandato en 2009 para habilitar elecciones una vez aprobada la nueva Constitución Política del Estado.
Esa Carta Magna permite solo dos gobiernos consecutivos, de ahí la consulta realizada ante el Tribunal y la necesidad de aprobación en las dos Cámaras del Legislativo.
Ya con el camino totalmente expedito para las votaciones, de ser elegidos en 2014, Morales y García Linera estarían en Palacio Quemado hasta 2020, con lo que se convertirían en el dúo gobernante que por más tiempo ha permanecido en el poder de forma constitucional en Bolivia.