La magistratura rusa cambió hoy las acusaciones de piratería por las de vandalismo contra los 30 activistas de Greenpeace, entre los que se encuentran los argentinos Hernán Pérez Orsi y Camila Speziale, que tomaron pacíficamente una plataforma petrolera en el Artico.
Los treinta activistas de Greenpeace viajaban en el rompehielos «Arctic Sunrise» y desde allí intentaron escalar la plataforma petrolera de Gazprom, en el mar de Pechora, para alertar sobre el peligro que la actividad implica en esa zona, rodeada de tres reservas naturales.
La información fue difundida por un portavoz de la comisión investigadora, citado por la agencia de noticias Itar-Tass.
Poco antes, al rechazar el procedimiento arbitral pedido por Holanda, la cancillería había lanzado una señal de apertura, al subrayar que Moscú «sigue abierta a una solución del caso.
La acusaciones de vandalismo contra los 30 activistas de Greenpeace son «largamente desproporcionadas», aseguró hoy el dirigente de la filial rusa de la organización ambientalista Vladimir Chuprov, luego de que se conociera que la fiscalía rusa decidiera bajar un tono a las acusaciones.
La Justicia rusa había rebajado hoy las acusaciones contra los tripulantes del rompehielos de Greenpeace «Arctic Sunrise» de piratería a vandalismo. Entre los detenidos se encuentran los argentinos Hernán Pérez Orsi y Camila Speziale.
«La actuación de los imputados en el caso penal ha sido recalificada en base al artículo sobre gamberrismo», dijo hoy Vladímir Markin, portavoz del Comité de Instrucción de Rusia, a las agencias locales.
Los treinta tripulantes del buque de Greenpeace, cuya liberación ha sido demandada insistentemente por sus países de origen, se encuentran encarcelados desde hace un mes en el puerto septentrional de Múrmansk.