Por Carlos López / Desde que el intendente Darío Giustozzi se pasó a las filas del Frente Renovador como candidato a diputado nacional, secundando a Sergio Massa, Almirante Brown se convirtió en uno de los municipios más peligrosos del conurbano para cualquier opositor.
El nivel de violencia institucional ha ido creciendo en estos meses de campaña, antes y después de las PASO, con persecuciones, amenazas y agresiones hacia todo aquel que piense distinto, sin discriminar entre concejales, candidatos, militantes o jóvenes de un programa social que se atrevan a criticar al jefe comunal en un taller de radio.
En este contexto, comenzará a funcionar en Longchamps la segunda Oficina Descentralizada de la Secretaria de Derechos Humanos bonaerense –la primera se encuentra en Mar del Plata-. El secretario Guido Carlotto pondrá hoy al frente de esta nueva oficina a María Rosa Martínez, quien renunció a su cargo de directora de DD.HH. de Almirante Brown cuando Giustozzi se alió con el intendente de Tigre.
Martínez buscará consolidar regionalmente “los pilares de la política de Derechos Humanos que se asientan en Memoria, Verdad y Justicia, en la inclusión y en el ejercicio de los derechos políticos, económicos, sociales y culturales”.
“La descentralización va a ayudar a fortalecer lo hecho y aprendido en cada distrito en materia de género, igualdad y otros derechos, con una política que intenta impregnarse en todos los ámbitos y que se lleva adelante con sistematización de prácticas, elaboración de propuestas y acciones concretas”, agregó.
Sin embargo, reconoció que no será una tarea sencilla debido a la postura “incomprensible” de Giustozzi, seguida de diferentes tipos de agresiones en el marco de su campaña electoral.
“Las políticas de Giustozzi y Massa confirman que el Frente Renovador va por aquello que tanto hemos sufrido como pueblo: privatizaciones y ajustes. A eso apuntan junto a personajes como Martín Redrado, Aldo Rico, entre otros”, dijo Martínez y consideró que “nuestro pueblo no puede volver atrás”.
“Quieren destruir los avances que hemos alcanzado en estos últimos diez años y dejar que los intereses corporativos se vuelvan a agrupar con los medios monopólicos para que retrocedamos muchos años”, subrayó.
Martínez comentó que ella se fue del gobierno municipal porque “creo que las políticas que debemos aplicar son las que representan a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. Esas son las políticas que nos ha hecho dignos como argentinos y latinoamericanos y por eso decidí seguir militando en el Frente para la Victoria, como pide la presidenta Cristina Fernández de Kirchner”.
Mientras estuvo en la Dirección de Derechos Humanos de Almirante Brown, Martínez condujo en el distrito el programa provincial “Envión”, destinado a jóvenes de 12 a 21 años en situación de vulnerabilidad social. Tras su renuncia el programa pasó a manos de la secretaria de Desarrollo Social, Ana Geneira.
El “Envión” de Almirante Brown trabaja con unos 1.500 jóvenes de Claypole, Don Orione, 2 de Abril, Rayo de Sol, Betharram, Ministro Rivadavia y Glew. Desde que Geneira se hizo cargo, comenzaron a darse situaciones irregulares. Se denunció, por ejemplo, que la funcionaria intentaba convertir al programa en un dispositivo clientelar para la campaña de Giustozzi y hasta se registraron episodios de violencia.
“Con los pibes se desarrolla un vínculo que lleva tiempo, confianza y desconfianza, hasta que se consolida, y con los tutores hubo una persecución política que generó mucha conflictividad”, explicó Martínez.
Trabajadores del programa en la sede del barrio 2 de Abril revelaron el mes pasado que la coordinadora Adriana Friaz, designada por Geneira, irrumpió con policías en medio de una emisión radial que realizaban ocho jóvenes en el marco de un taller, desconectó los equipos y los agredió verbal y físicamente. El motivo: habían hecho una denuncia al aire contra el intendente Giustozzi.
Martínez aseguró que “la conflictividad persiste y hay equipos que no van a seguir trabajando por decisión propia o porque se les terminan los contratos en octubre”.
“La violencia se había erradicado durante este década ganada y es una conquista que tenemos que defender. De no ser así vamos a seguir denunciando este tipo de episodios en una época en la que tenemos libertad de expresión y acción. Giustozzi se está manejando de manera desacertada porque un programa como el Envión, que trabaja con chicos en situación de vulnerabilidad, tiene que tener una conducta coherente con el respeto por los derechos humanos“, concluyó.