“Estoy absolutamente en contra de la baja en la edad de imputabilidad”, dijo el magistrado; y apuntó respecto de quienes plantean lo contrario: “cometen un grave error”.
En esta línea, desarrolló que el motivo por el cual siempre existió una edad a partir de la cual una persona es imputable está vinculado directamente con la etapa evolutiva que atraviesan los humanos a lo largo de la vida.
“Los niños van a seguir siendo niños aunque los imputen a los 5 años”, aseguró, al tiempo que agregó: “No se transforman en adultos con un cambio en el código penal, porque hasta determinado momento no disciernen lo bueno de lo malo”.
Asimismo, subrayó que eso no significa que el Estado permita que un menor cometa un delito y no se responsabilice por ello. “No hay que dejarlo a la buena de Dios”, apuntó; “sino que hay que poner los límites adecuados, crear un sistema de responsabilidad penal juvenil que no encarcele a los chicos, sino que los contenga adecuadamente para que no se dañe a sí mismo ni a terceros”.
Al respecto, sostuvo que es “un desafío para el Estado” y agregó: “La solución es asumir las responsabilidades, que no son fáciles y que involucran a toda la sociedad, no solamente a un juez, a un abogado o a un legislador”.
Por otro lado, el juez Rozanski habló de la nueva perspectiva sobre la imprescriptibilidad de los delitos de abuso sexual a menores, discusión que impulsa junto a otros magistrados del fuero penal y civil. En ese sentido explicó que en estos casos, la víctima “generalmente no está en condiciones de comunicar lo sucedido por las características del fenómeno” y remarcó que “si el sistema pone un límite en las denuncias, eso se transforma en impunidad para el abusador”.
Para el juez, cuando las víctimas son niños, pueden demorar muchos años en verbalizar lo que les ocurrió por el tiempo que dura el trauma. En ese sentido, alientan un debate que tenga en cuenta «las características propias de este delito», que hacen que las víctimas no puedan denunciarlo en el corto o mediano plazo.