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El funcionario remarcó que en Calamuchita, donde se registraron los siniestros de mayor gravedad, ya se extinguió «un 70 por ciento de las llamas, ahora hay que tratar de cerrarlo». Los bomberos también «seguían trabajando en el incendio de Alpa Corral y Villa Alpina, en el paraje Durazno y Pinares de los Ríos» y en focos de incendio de «Cosquín y Calera, Falda del Carmen y Pan de Azúcar, donde se trabajó toda la noche».
Con relación a los focos ubicados en traslasierra, Zornada recordó que permanece «el incendio en Los Hornillos-La Paz, con dos focos importantes», y señaló que al norte en la zona de Ongamira los brigadistas «comenzaron a subir a primera hora de hoy para iniciar las tareas», mientras que «el foco de La Población está controlado».
En tanto en el Valle de Paravachasca, en la zona de Alta Gracia, el funcionario afirmó que los focos «están controlados pero no extinguidos» y que «hay algunos reinicios». «También se trabaja en la zona de Totoral», al norte de la ciudad de Córdoba», sostuvo.
Hoy todavía no se manejaban datos oficiales sobre el total de hectáreas afectadas por el fuego, pero según cálculos preliminares se estima que serían no menos de 40 mil las hectáreas de pastizales y bosques afectados por las llamas.
Una de las localidades más expuestas al fuego fue Villa Yacanto, en Calamuchita, a unos 120 kilómetros al sur de la ciudad de Córdoba, donde al menos 30 viviendas fueron alcanzadas por las llamas, causando importantes daños y destrucción.
«En la zona, -dijo hoy el presidente de la Comisión de Villa Yacanto, Gastón Parodi-, persisten algunos focos, pero el panorama mejora por una baja importante de la temperatura». Esa condición meteorológica «lo pone al fuego más lento y de esa manera se vuelve más controlable». «La lucha contra las llamas continúa en las zonas de Pinares del Río y El Durazno, pero el panorama es bastante mejor, y estamos más optimistas», concluyó Parodi.