El presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, el general Martin Dempsey, tampoco está de acuerdo con esta guerra. El exmilitar dijo que resultan obvias las imágenes televisivas que muestran el lenguaje extraverbal de Dempsey durante las recientes presentaciones del secretario de Estado, John Kerry, en el Congreso estadounidense sobre el tema sirio, durante las cuales el militar norteamericano de más alto rango permaneció en silencio.
Las expresiones faciales de Dempsey reflejan las opiniones de la mayoría de los miembros de las fuerzas armadas estadounidenses, sentimiento que -según Scales- constató en intercambios personales que sostuvo en los últimos días con docenas de soldados y oficiales que rechazan la entrada de Estados Unidos en una nueva contienda.
Bajo el título «Una guerra que el Pentágono no quiere», el exgeneral señala que los uniformados siente vergüenza porque los planes bélicos de la administración Obama no tienen sentido estratégico, debido a que ninguno de los asesores de la Casa Blanca posee experiencia militar ni entiende estos problemas.
Las intenciones del Ejecutivo violan los principios de la guerra, incluyendo la sorpresa, la masividad y la observancia de objetivos claramente definidos y alcanzables, aunque al final los militares saludarán con respeto los centenares de cohetes crucero que matarán a muchas personas a quienes supuestamente protegemos, añade Scales.
La Casa Blanca culpa a las autoridades sirias por el supuesto empleo de armas químicas, pero el gobierno de Bashar al Assad rechaza la acusación y asegura que es un pretexto para una agresión.