El premio Nobel de la Paz Mohamed El Baradei renunció hoy como vicepresidente del gobierno de facto de Egipto tras la violenta represión que dejó al menos 278 muertos y más de 2.000 heridos, tras el desalojo por la fuerza de campamentos de protesta en El Cairo de seguidores del derrocado presidente Mohamed Mursi.
«Presenté mi dimisión porque no puedo asumir la responsabilidad de decisiones con las que no estoy de acuerdo», reportó la cadena de televisión Al Arabiya.
El Baradei aseguró que «la policía no debería haber desalojado violentamente los campamentos de los seguidores de Mohamed Mursi, porque aún no se habían agotado todas la alternativas pacíficas».
«Lamentablemente de lo ocurrido hoy se beneficiarán aquellos que llaman a la violencia y el terror», señaló El Baradei en su nota de renuncia entregada al presidente interino Adly Mansour y publicado en el portal de noticias estatal Al Ahram.
Mientras Mansour decretaba el estado de emergencia, que durará un mes en todo el país, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon repudió la decisión del gobierno militar de Egipto de reprimir a los manifestantes islamitas
Ban recordó que recientemente había llamado a la moderación a todas las partes y lamentó que en lugar de ello, «las autoridades egipcias emplearan la violencia como reacción a las manifestaciones continuadas».
«Es necesario que se puedan expresar las diferentes opiniones con respeto y de forma pacífica. Lamentablemente eso no ha ocurrido hoy», concluyó el secretario general de la ONU.
En tanto, Irán advirtió sobre el riesgo de guerra civil e instó a las partes egipcias a la moderación y a buscar una salida a la crisis lo antes posible «mediante un diálogo nacional y un proceso democrático».
En un comunicado el Ministerio de Asuntos Exteriores condenó la matanza en Egipto y anunció que «sin duda el enfoque actual de las transformaciones en Egipto fortalece el riesgo de que ocurra una guerra civil en este gran país islámico».
La cancillería iraní también alertó que si continúa esta situación, Estados Unidos e Israel se aprovecharán de la situación para desviarla a su favor, causando “obstáculos y problemas irremediables en el proceso de desarrollo y progreso de Egipto».