Dempsey, el oficial de más alto rango en los servicios armados norteamericanas, dijo en una audiencia senatorial que él puso en manos del presidente Barack Obama varias opciones para el uso de la fuerza contra el país del Levante, que ahora están bajo consideración de varias agencias federales.
El alto jefe castrense declinó dar más detalles durante una sesión de preguntas y respuestas en una audiencia del Comité de Servicios Armados del Senado, cuyos miembros lo presionaron para que explicara mejor su estrategia con vista a derrocar al presidente Bashar Al Assad.
Dempsey aclaró que no está en sus manos la decisión de intervenir militarmente en Siria, porque esa responsabilidad recae en los funcionarios electos del Gobierno estadounidense y se negó a emitir opiniones en público sobre el tipo de fuerza a utilizar contra la nación árabe.
En respuesta a una pregunta del senador republicano Lindsey Graham sobre la situación actual del conflicto, Dempsey reconoció que las fuerzas leales a Al Assad mantienen la iniciativa en el enfrentamiento a las bandas armadas que intentan derrocar al Gobierno de Damasco.
El comité senatorial analiza la nominación de Dempsey para un segundo mandato de dos años, proceso que debe culminar sin mayores contratiempos para el general, quien de acuerdo con la ley es el principal asesor militar del jefe de la Casa Blanca, señala hoy el diario Stars and Stripes.
Influyentes senadores como el demócrata Carl Levin y el republicano John McCain presionan a Obama para que adopte medidas de fuerza contra Siria, y aunque la Casa Blanca autorizó la entrega de ayuda letal a los sublevados, se opone a la imposición de una zona de prohibición de vuelos similar a la establecida en Libia en 2011.
Las autoridades de Damasco han denunciado en reiteradas ocasiones que Estados Unidos y sus aliados europeos y árabes suministran apoyo logístico de todo tipo a las bandas armadas antigubernamentales que operan en ese país.