Esta decisión se adoptó tras fracasar una reunión de varias horas de negociaciones celebrada la víspera.
La denominada Dama de acero, inaugurada el 31 de marzo de 1889, acoge todos los días en la temporada alta de turismo entre 25 mil y 30 mil visitantes, que utilizan un sistema de varios ascensores para alcanzar la cima.
Delegados gremiales señalaron que en 2008 la administración del sitio decidió renovar uno de estos aparatos, un trabajo estimado en dos años de duración y con un costo de 18 millones de euros.
Cinco años después, sin embargo, las tareas no han terminado y el precio de la obra rebasa ya los 40 millones, denunciaron.
La ausencia de ese elevador recarga las tareas en los demás, que deben detenerse con mayor frecuencia para darles mantenimiento, lo cual provoca demora y malestar entre el público y degrada las condiciones de trabajo.
Una buena parte de los 300 empleados de la torre decidieron este martes apoyar el paro, cuyo objetivo también es exigir aumentos salariales.
La Torre Eiffel, de 324 metros de altura incluidas las antenas que la coronan, es administrada por una empresa mixta en la cual la alcaldía de París tiene el 60 por ciento del capital y el resto es de varias sociedades privadas.