La presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó hoy el acto central por el Día de la Bandera en Rosario junto al vicepresidente Amado Boudou, el vicegobernador santafecino Jorge Henn y la intendenta Mónica Fein, entre otras autoridades.
En su discurso recordó a Manuel Belgrano, quien vio “la necesidad de identificar al pueblo frente a sus enemigos” para “construir un modelo nacional, popular y federal”.
“Ese Belgrano que tantas veces fue ignorado, hoy es un héroe. En ese momento, muchos lo trataron de loco. Si no hubiera sido por el valor y el coraje para enfrentarse a lo que el establishment quería imponer, San Martín jamás había cruzado los Andes para liberar a los pueblos hermanos”, dijo la mandataria y luego dejó flotando una pregunta: «si Manuel Belgrano viviera, si hoy estuviera aquí con nosotros, ¿con quién creen que estaría, a quién apoyaría ese hombre de la industria nacional, ese hombre que hablaba de comercio, de los pueblos originarios?”.
Más adelante Cristina ironizó sobre las cautelares y los jueces que frenan los cambios democráticos en la Argentina.
«Cualquiera tiene derecho a preguntarse si hubo malos gobiernos y tendrán que hacerse cargo esos malos gobiernos, pero cuando los argentinos podemos votar y elegir libremente, al menos en dos de los tres poderes, al menos hasta ahora… no vaya a ser cosa que venga una cautelar que nos impida elegir presidente o legisladores», disparó la Jefa de Estado.
Y agregó: «Esta democracia que tanto nos costó construir, más nos costará profundizar. La democracia no es sólo votar, sino también es la posibilidad de legitimar que se está gobernando para todos los argentinos pero, especialmente, para todos los más vulnerables».
Cristina leyó luego algunos fragmentos del «Manifiesto Liminar» sobre la reforma universitaria de 1918, en donde se denuncia el régimen de las castas profesorales y la falta de libertad de catedra.
«Saquen las palabras profesores universitarios y, en lugar de profesores, pongan jueces; en lugar de universidad, pongan Poder y vean», dijo para plantear una nueva ironía: «En el 2015 quiero ser jueza. ¿Para qué presidenta…? Quiero ser jueza, no de la Corte, sino apenas de primera instancia, para que pueda tener una lapicera, una cautelar y total qué me importa lo que vota la gente, el presidente, los diputados. Ya saben: Cristina, jueza 2015».
De esta forma, se refirió al fallo del máximo tribunal que declaró inconstitucional la elección democrática de los consejeros de la Magistratura, pero al mismo tiempo consideró que «la voluntad popular esta sobre cualquier otro poder y también el derecho a votar».
«La Justicia perdió la oportunidad democratizadora que abrió Néstor en 2003», subrayó Cristina y recordó que “cuando uno toca a las corporaciones en seguida viene el vuelto”.
“Si mi rol en la historia es haber abierto el debate por una justicia democrática, estoy dispuesta a aguantar lo que se me venga encima. No tengo miedo», advirtió para reiterar que «más temprano que tarde vamos a democratizar los tres poderes del Estado».